La tragedia que cambió su vida para siempre, años después pide la eutanasia
Erika Yanira Morales, una joven de 20 años de Pasto, Nariño, enfrenta una dolorosa realidad. Su vida cambió drásticamente en 2021 cuando fue atacada brutalmente en un bar. A sus 17 años, dos mujeres la golpearon en la cabeza con una botella, lo que le provocó un infarto cerebral múltiple. Como consecuencia, quedó cuadripléjica y su salud se ha deteriorado con el tiempo.
Desde entonces, Erika depende de la respiración mecánica y de cuidados especializados. Vive inmovilizada, sin poder hablar, y se comunica con su familia a través de un abecedario especial. Esta situación la ha llevado a tomar una decisión difícil y dolorosa: solicitar la eutanasia. Sin embargo, su petición fue negada por la EPS Emssanar, argumentando que no fue ella quien realizó la solicitud, sino su madre.
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Un drama familiar marcado por el abandono y el dolor
Tatiana Morales, hermana de Erika, compartió la historia a través de un live en Facebook. Relató cómo la tragedia no solo afectó a Erika, sino a toda la familia. La madre de ambas asumió el cuidado total de la joven, además de las responsabilidades del hogar. La familia ha tenido que buscar ayuda externa para costear los gastos médicos, pañales, cremas y otros insumos esenciales para Erika.
A pesar de estar bajo el cuidado de una IPS, Tatiana denuncia que el servicio es deficiente. Erika necesita atención constante, pero solo recibe asistencia de auxiliares 10 veces al mes. “Mi hermana está a cargo de una IPS que no dio la talla, desafortunadamente no envía el personal adecuado para que la cuiden”, afirmó Tatiana. Esta falta de cuidado ha llevado a Erika a sufrir úlceras por presión y a perder mucho peso.
“Estoy cansada de depender de todos”: La solicitud de eutanasia
En una carta que conmovió a sus seres queridos, Erika expresó su deseo de terminar con su sufrimiento. “Prácticamente vivo por la respiración mecánica, la verdad estoy cansada de depender de todos”, escribió la joven. La decisión no fue fácil para su familia. Tatiana confesó en su live: “Para mí es muy duro porque no estoy preparada para que mi hermana parta (…). Es difícil, pero con el tiempo ya lo acepté. Tuvimos que estar con psicología”.
A pesar de la valentía de Erika al expresar su deseo de morir con dignidad, la EPS Emssanar negó su solicitud. La razón fue que la petición no fue realizada directamente por Erika, sino por su madre. Este rechazo ha generado indignación en la familia, quienes consideran que se está vulnerando el derecho de Erika a una muerte digna.
El derecho a morir con dignidad en Colombia
En Colombia, la eutanasia es un derecho reconocido para las personas que padecen un sufrimiento físico o psíquico intenso a causa de una enfermedad grave o incurable. Según el Ministerio de Justicia, el procedimiento debe solicitarse de manera libre e informada por el propio paciente ante su médico tratante. Además, se le debe informar al paciente sobre alternativas como cuidados paliativos y el derecho a desistir de la eutanasia en cualquier momento.
En el caso de Erika, su familia argumenta que ella está consciente y tomó la decisión con total lucidez. Sin embargo, la EPS no ha reconocido su voluntad, argumentando que la solicitud no fue presentada correctamente. Ante esta negativa, la familia Morales ha decidido buscar asesoría legal para hacer valer los derechos de Erika.
El dilema de la eutanasia en Colombia: ¿derecho o burocracia?
El caso de Erika ha puesto en evidencia las dificultades que enfrentan las familias en Colombia al intentar acceder a la eutanasia. Aunque es un derecho garantizado por ley, la burocracia y la interpretación de las normas impiden que muchas personas puedan morir con dignidad.
El dolor y el sufrimiento de Erika han conmovido a miles de personas en redes sociales, quienes han expresado su solidaridad y apoyo a la joven. La historia ha generado un debate sobre la necesidad de revisar los procedimientos para acceder a la eutanasia en Colombia y garantizar que se respeten los deseos de los pacientes.
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¿Cuándo terminará el sufrimiento de Erika?
Erika Yanira Morales continúa luchando por su derecho a una muerte digna. Mientras tanto, su madre y hermana siguen brindándole el cuidado y amor que necesita en medio del dolor y la impotencia. La historia de Erika no solo revela el drama de una familia marcada por la tragedia, sino también la necesidad de una legislación más clara y humana sobre la eutanasia en Colombia.
Este caso invita a la reflexión sobre el derecho a decidir sobre la propia vida y muerte, así como la necesidad de un sistema de salud más sensible y justo. La pregunta que queda en el aire es: ¿Cuánto más deberá sufrir Erika antes de que se respeten sus deseos?