Cónclave 2025: cardenales prestan juramento en la Capilla Sixtina para elegir al nuevo Papa
Hoy 7 de mayo comenzó oficialmente el cónclave 2025. Los 133 cardenales electores prestaron juramento solemne en la Capilla Sixtina antes del inicio de la votación para elegir al nuevo pontífice, sucesor del Papa Francisco. El evento marca un momento histórico para la Iglesia católica.
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El cónclave 2025 reúne a 133 cardenales bajo el sello del Espíritu Santo
A las 4:30 p.m., hora local de Roma, los cardenales iniciaron la solemne procesión desde la Capilla Paulina hacia la Capilla Sixtina, donde quedarán aislados hasta elegir al 267.º Papa en la historia de la Iglesia.
Previo a la caminata, el secretario de Estado, Pietro Parolin, presidió una oración inicial en latín, recordándoles a los purpurados la gravedad del momento. “Toda la Iglesia está unida a ellos en oración”, afirmó Parolin, también considerado uno de los favoritos para ser elegido.
La procesión, encabezada por una cruz, incluyó a miembros de la Capilla Musical Pontificia, ceremonieros, y figuras clave del Vaticano, como el Maestro de las Celebraciones Pontificias, Diego Ravelli, y el predicador pontificio, Raniero Cantalamessa.
Los cardenales caminaron en orden inverso de precedencia: primero los diáconos, luego los presbíteros y, por último, los obispos. Durante el recorrido, entonaron la tradicional Letanía de los santos, invocando a figuras clave del cristianismo.
La ruta sagrada atravesó la Sala Regia hasta llegar a la Capilla Sixtina, joya artística del Vaticano, decorada con los frescos de Miguel Ángel. Este espacio será su hogar y recinto de deliberación hasta que el mundo católico conozca al nuevo líder espiritual.
Juramento solemne en el cónclave 2025: secreto, deber y obediencia
Una vez dentro de la Sixtina, los cardenales invocaron al Espíritu Santo con el canto del Veni Creator Spiritus. Luego, comenzó uno de los actos más solemnes del cónclave: el juramento colectivo e individual.
El primero en leer el juramento fue Pietro Parolin, quien actuó en lugar del decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, excluido por superar los 80 años. Tras su lectura, cada cardenal se acercó al Evangelio abierto, colocó una mano sobre él y pronunció: “Y yo (nombre), Cardenal (apellido), prometo, me obligo y lo juro. Así Dios me ayude y estos Santos Evangelios que toco con mi mano”.
La fórmula del juramento compromete a los electores a obedecer las normas del cónclave establecidas por Juan Pablo II en Universi Dominici Gregis. También obliga a mantener el secreto absoluto sobre lo ocurrido dentro del recinto, incluso después de que se haya elegido al nuevo pontífice.
Los cardenales también juran no permitir injerencias externas en el proceso. La elección del Papa debe ser libre de presiones políticas, intereses externos o influencias indebidas. Esto garantiza la independencia del sucesor de Pedro.
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Una vez concluido el juramento, los cardenales se ubicaron según su orden de precedencia alrededor del altar: obispos más cerca, luego presbíteros y finalmente diáconos.
La Iglesia en vigilia: comienza la elección del nuevo pontífice
El mundo católico aguarda con expectativa. Mientras se cierra la Capilla Sixtina, millones de fieles elevan oraciones desde distintas partes del planeta. La figura del nuevo pontífice podría redefinir el rumbo de la Iglesia en temas clave como la modernización, la inclusión y la geopolítica internacional.
La primera votación del cónclave está prevista para esta misma tarde. Si no hay mayoría calificada —dos tercios de los votos— el proceso continuará durante los próximos días, con hasta cuatro votaciones diarias.
Se espera que, como en anteriores ocasiones, el humo negro de la chimenea indique una elección fallida. Cuando finalmente se logre un consenso, el humo blanco anunciará al mundo que hay un nuevo Papa.
