‘El profe me besó en la boca’, fueron las palabras de la menor abusada

Una madre revela el horror detrás de la frase de su hija; Freddy Castellanos está bajo investigación

spot_img

Más leido

«El profe me besó en la boca»: El desgarrador testimonio de una madre sobre el abuso en el Jardín Infantil Canadá de Bogotá

En Bogotá, el desgarrador testimonio de una madre sobre su hija de tres años ha destapado una serie de casos de abuso sexual presuntamente cometidos por Freddy Castellanos, un docente del Jardín Infantil Canadá, una institución vinculada al ICBF. La frase inocente de una niña desencadenó un proceso judicial y una profunda crisis de confianza en la comunidad educativa, afectando a varias familias que ahora luchan por la justicia y la protección de sus hijos.

Lea también: Alerta amarilla en Manizales por lluvias y deslizamientos

El testimonio de Andrea Espinel: una frase que cambió todo

Andrea Espinel, madre de la niña que comenzó a relatar su terrible experiencia, nunca imaginó que una simple conversación durante un juego en casa cambiaría su vida y la de otras familias para siempre. La niña, sin entender completamente el peso de sus palabras, dijo: “El profe me besó en la boca”. La madre, al principio confundida, pensó que se trataba de una fantasía infantil, pero pronto comenzó a notar que su hija tocaba sus partes íntimas mientras hablaba, lo que la alarmó profundamente.

“Me helé. Algo no estaba bien”, recuerda Andrea con tristeza. Fue ese instinto de protección lo que la llevó a buscar ayuda inmediatamente. Su hija fue llevada al hospital, donde se activó el Código Blanco, un protocolo para la atención de violencia sexual contra menores. Las pruebas realizadas confirmaron que la menor había sido víctima de abuso sexual, lo que llevó a las autoridades a iniciar una investigación contra Freddy Castellanos.

Los múltiples casos de abuso y los temores crecientes

Tras este primer testimonio, se descubrió que la historia de Andrea no era un caso aislado. Al menos otros doce niños que asistían al mismo jardín infantil también habrían sufrido abuso sexual, con siete de los casos confirmados por peritos forenses. La revelación más alarmante fue que dos niños dieron positivo en las pruebas de VIH, lo que aumentó la angustia entre los padres y las autoridades sanitarias.

A pesar de que la hija de Andrea dio negativo en las pruebas de enfermedades de transmisión sexual, la madre se enfrenta a una constante sensación de inseguridad. “La inseguridad no se va. Pienso que pudo haber sido peor. Me duele el alma por esos niños, familias que hoy tienen que lidiar con tanto dolor”, afirma Andrea, quien hoy lucha por obtener justicia no solo para su hija, sino para todos los niños afectados.

¿Por qué no se actuó antes?

Los primeros indicios de abuso comenzaron a ser visibles a principios de año, cuando varios padres notaron cambios de comportamiento en sus hijos. Muchos niños mostraron llanto frecuente, pérdida de apetito y un temor inexplicable de asistir al jardín. Sin embargo, estos síntomas fueron inicialmente descartados como normales en la infancia. No fue sino hasta que varios padres comenzaron a compartir sus experiencias que comenzaron a surgir patrones inquietantes, todos relacionados con el mismo docente.

Una madre anónima relata que su hijo comenzó a mostrar conductas regresivas, como dejar de hablar o llorar sin motivo. «Nos dijeron que era normal, que los niños a veces extrañan a sus padres. Pero luego empezamos a escuchar las mismas historias una y otra vez, con un mismo protagonista: el profesor Freddy», comenta.

Falta de acción ante las advertencias

En reuniones previas con la dirección del jardín, varios padres expresaron sus sospechas sobre Freddy Castellanos. En una de estas reuniones, una madre comentó que su hijo había contado cosas extrañas sobre el profesor. A pesar de estas advertencias, la directora del centro educativo prometió que el docente sería removido, pero al día siguiente, él regresó como si nada hubiera sucedido. «¿Cuántas advertencias ignoraron? ¿Cuántas veces más tenía que pasar para que actuaran?», cuestiona Andrea, visiblemente afectada por la falta de acción ante las denuncias previas.

Como consecuencia de los hechos, el jardín infantil fue cerrado preventivamente, y el ICBF confirmó la suspensión del operador. La directora de la entidad, Astrid Cáceres, aseguró que se están revisando los procesos de contratación y vigilancia en centros infantiles, además de ofrecer apoyo psicosocial a las familias afectadas. Sin embargo, muchas madres, como Andrea, sienten que las respuestas llegaron demasiado tarde.

Lea también: Nuevos detalles sobre el pago de Colombia Mayor en Dosquebradas

La búsqueda de justicia y el futuro de los afectados

El caso ha generado una ola de indignación en la comunidad, tanto entre las autoridades como entre las organizaciones defensoras de la niñez. La Fiscalía continúa investigando el caso, recopilando pruebas y entrevistando a los menores en entornos protegidos. También se está analizando si hubo omisiones graves por parte del personal administrativo o del contratista encargado del jardín.

Para Andrea, la lucha no es por venganza, sino por justicia. «No hablo sólo por mi hija. Hablo por todos los niños que no saben cómo contar lo que les pasó. Hablo para que nunca más otra madre sienta esta culpa, esta impotencia», afirma con voz firme. Este caso, aún en curso, pone de relieve la necesidad urgente de reformar los mecanismos de protección en los centros educativos y garantizar que nunca más un abuso quede sin respuesta.

El Pereirano

spot_img

Más artículos

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

spot_img

Lo Último