El encuentro entre Once Caldas y Deportivo Pereira por la Liga BetPlay 2025 quedó marcado por un presunto caso de racismo. El delantero hondureño Rubilio Castillo denunció haber recibido un insulto discriminatorio por parte de Joel Contreras, generando un fuerte debate en el fútbol colombiano.
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Minutos después de marcar el gol que puso en ventaja a Pereira en el estadio Palogrande, Castillo se enfrascó en una discusión con Contreras. Según su versión y la de varios compañeros, el jugador rival le habría llamado “simio”.
El impacto emocional en Castillo fue evidente. Entre lágrimas, tuvo que ser consolado por sus compañeros Carlos Darwin Quintero y Dayro Moreno, este último perteneciente a Once Caldas, quien incluso intercedió ante su propio cuerpo técnico para solicitar la sustitución de Contreras.
Reacciones y consecuencias del incidente
El árbitro principal, Diego Ulloa, no sancionó a Contreras, pero sí expulsó a Manuel Arteaga (Once Caldas) y Carlos Darwin Quintero (Pereira) en medio de la tensión. La situación escaló en el minuto 68 cuando Castillo fue sustituido y, según él, recibió nuevos insultos desde la tribuna. Esto obligó a detener momentáneamente el partido.
Tras el encuentro, Luis Fernando Suárez, director técnico de Deportivo Pereira, expresó su indignación. En rueda de prensa, recordó con afecto su experiencia en Honduras y lamentó que su jugador haya tenido que enfrentar esta situación en Colombia.
“Me duele el país. No puede ser que esto pase y que la hinchada aplauda a un jugador que acaba de hacer un comentario racista. Me siento triste”, declaró Suárez.
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Deportivo Pereira emitió un comunicado respaldando a Castillo y rechazando cualquier acto de racismo. ACOLFUTPRO, la asociación de futbolistas profesionales, también condenó cualquier expresión discriminatoria y exigió medidas contundentes a la Dimayor.
Por su parte, Joel Contreras negó las acusaciones. Según su testimonio, él solo le pidió a Castillo que se levantara tras una jugada y asegura que el delantero lo señaló injustamente.
“Sabían que yo tenía amarilla, quizá buscaban que me expulsaran”, afirmó el jugador de Once Caldas.
¿Qué sigue ahora?
Este incidente abre un nuevo capítulo en la lucha contra el racismo en el fútbol colombiano. La Dimayor podría abrir una investigación para esclarecer los hechos y, de ser necesario, imponer sanciones. La opinión pública sigue dividida, mientras jugadores, clubes y aficionados esperan respuestas.
El racismo en el deporte sigue siendo un problema latente. Este episodio pone sobre la mesa la necesidad de protocolos más efectivos y un compromiso real para erradicar la discriminación de los estadios. La pregunta sigue en el aire: ¿se tomarán medidas ejemplares o quedará en el olvido como otros casos similares?
