La violencia en Colombia: un desafío creciente para el Gobierno de Petro
En Colombia, la violencia ha alcanzado niveles alarmantes. Los enfrentamientos entre grupos armados han dejado decenas de muertos y miles de desplazados. Las zonas afectadas se encuentran fuera de control del Estado. El Gobierno de Gustavo Petro evalúa declarar el estado de excepción para abordar esta crisis.
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El Catatumbo y la crisis humanitaria
La región del Catatumbo, en el nororiente de Colombia, es uno de los focos principales de violencia. Allí, los enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y otros grupos armados han provocado más de 80 muertos. Además, 11.000 personas han tenido que abandonar sus hogares y huir hacia Venezuela.
El desplazamiento masivo de personas ha generado una crisis humanitaria. Familias completas abandonan sus hogares con lo poco que pueden cargar. El Gobierno venezolano enfrenta una creciente presión al recibir a los desplazados colombianos. Esta situación ha sido un desafío tanto para Colombia como para Venezuela.
El Guaviare: otra región golpeada por la violencia
La violencia también azota el suroriente del país. En el departamento del Guaviare, los enfrentamientos entre disidencias de las FARC y otros grupos armados han dejado al menos 20 muertos. El alcalde de Calamar, Farid Camilo Castaño, expresó su preocupación por la falta de recursos para atender la crisis. La región no tiene ni la infraestructura necesaria para manejar tantos muertos.
Las autoridades locales piden ayuda, pero la respuesta del Gobierno central ha sido lenta. El clima de inseguridad ha empeorado, y el terror se extiende por la región. La falta de capacidad en las fuerzas locales agrava la situación.
La respuesta del Gobierno: ¿Estado de excepción?
Ante la creciente violencia, el presidente Petro contempla declarar el estado de conmoción interior. Esta medida otorga facultades excepcionales al presidente para manejar la situación. El estado de excepción podría durar 90 días y podría prorrogarse dos veces.
El presidente Petro ha declarado que no dudará en tomar decisiones drásticas. Las Fuerzas Armadas serían desplegadas en las regiones más afectadas para frenar los enfrentamientos. Sin embargo, aplicar este estado de excepción es complicado. La situación en las zonas de conflicto es compleja, y el Estado no tiene el control total.
El dilema del Gobierno y la búsqueda de la paz
Petro llegó al poder con la intención de negociar la paz con todos los grupos armados del país. Sin embargo, muchos de estos grupos, como el ELN, se han negado a abandonar las armas. En lugar de negociar, han intensificado la violencia.
El presidente ha sido claro: el ELN ha elegido la guerra. “Guerra tendrá”, declaró Petro en un mensaje reciente. Esto refleja su giro hacia una postura más dura frente a los grupos armados. Ahora, el Gobierno busca imponer la fuerza militar para restaurar el orden.
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La situación sigue siendo incierta
Colombia enfrenta una crisis de violencia sin precedentes. Miles de personas han huido de las zonas de conflicto. Aunque el Gobierno de Petro busca frenar la violencia, la situación es incierta. A medida que se intensifican los enfrentamientos, la paz parece más lejana. La solución requerirá de un enfoque integral, que combine medidas políticas, sociales y militares.