Risaralda, el 3 departamento del país, con más consumo de Vape

El país es el segundo en Latinoamérica con mayor interferencia de la industria tabacalera, según el Índice Global 2025.

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Colombia, bajo fuerte influencia de la industria tabacalera según informe internacional

El más reciente Índice Global de Interferencia de la Industria Tabacalera 2025 encendió las alertas en el país, al revelar que Colombia se ubica como el segundo país de América Latina con mayor interferencia de la industria tabacalera, solo superado por República Dominicana. Este preocupante resultado muestra el creciente poder que tienen las tabacaleras en la formulación de políticas públicas de salud, lo que representa una amenaza para los avances en la prevención del consumo de tabaco y nicotina en la población joven.

Aumenta la interferencia tabacalera en la salud pública de Colombia

De acuerdo con el informe, el aumento de la interferencia tabacalera se refleja en la forma como las empresas del sector influyen en la toma de decisiones gubernamentales, utilizando estrategias de marketing, lobby político y apoyo indirecto a instituciones públicas o privadas. Estas tácticas, según los expertos, buscan proyectar una imagen de responsabilidad social mientras ocultan los riesgos asociados al consumo de cigarrillos tradicionales y electrónicos.

El estudio evidencia que, pese a los esfuerzos del Estado colombiano por implementar políticas de control del tabaco, la industria sigue encontrando vacíos normativos y espacios de influencia. El documento destaca que la presencia de representantes o aliados de estas empresas en escenarios de decisión pública continúa siendo una práctica habitual, lo que limita la transparencia y la independencia en el diseño de las políticas de salud.

Carlos Jiménez Barragán, experto en Proyectos de Incidencia de Red PaPaz, advirtió que el panorama es especialmente preocupante en departamentos como Risaralda, donde las estrategias de las tabacaleras han tenido un impacto significativo en los adolescentes. “Nuestro estudio muestra que Risaralda ocupa el tercer lugar del país en consumo de cigarrillos electrónicos entre estudiantes de 12 a 18 años. Este fenómeno refleja una nueva ola de adicción impulsada por tácticas de mercadeo encubiertas que presentan estos productos como inofensivos”, señaló Jiménez.

Risaralda, foco de preocupación por el consumo juvenil de cigarrillos electrónicos

El consumo de cigarrillos electrónicos y vapeadores en adolescentes ha crecido de manera acelerada en los últimos años, particularmente en entornos urbanos. Los jóvenes suelen verse atraídos por los diseños modernos, los sabores frutales y la percepción errónea de que estos dispositivos son menos dañinos que los cigarrillos convencionales.

De acuerdo con Red PaPaz, las estrategias de las tabacaleras apuntan a normalizar el consumo mediante campañas publicitarias disimuladas, presencia en redes sociales y patrocinios encubiertos en eventos dirigidos a público joven. “Estas prácticas son inaceptables. La industria tabacalera ha trasladado su estrategia de adicción del cigarrillo tradicional al electrónico, manipulando a una nueva generación de consumidores”, afirmó Jiménez Barragán.

El experto también destacó que la falta de regulación específica sobre los cigarrillos electrónicos en Colombia facilita su comercialización libre, incluso en establecimientos cercanos a instituciones educativas. En algunos municipios, las autoridades locales reconocen que no cuentan con herramientas efectivas para controlar su venta ni con campañas de prevención suficientes.

Llamado urgente a proteger las políticas de salud pública

Frente a este panorama, organizaciones de la sociedad civil y entidades de salud han hecho un llamado urgente al Gobierno Nacional para blindar las políticas públicas frente a la interferencia de la industria tabacalera. Según Red PaPaz, el Estado colombiano tiene la obligación de garantizar que las decisiones en materia de salud se tomen con independencia y transparencia, priorizando el bienestar de la niñez y la adolescencia sobre los intereses comerciales.

El informe recomienda implementar medidas más estrictas de control, entre ellas:

  • Restringir la participación de representantes de la industria tabacalera en la elaboración de políticas públicas.
  • Fortalecer las sanciones por publicidad encubierta o promoción dirigida a menores de edad.
  • Desarrollar campañas educativas masivas sobre los riesgos de los productos de nicotina.
  • Aumentar la vigilancia sobre la comercialización digital de vapeadores.

Además, se sugiere una mayor articulación entre los ministerios de Salud, Educación y Tecnologías de la Información para contrarrestar el impacto de la publicidad digital, que hoy es una de las principales vías de contacto entre la industria tabacalera y los jóvenes.

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