Indígenas Embera retornan a sus territorios con apoyo del Gobierno Nacional
Después de varios meses viviendo en condiciones difíciles en Bogotá, más de 500 indígenas Embera iniciaron su retorno voluntario a los departamentos de Risaralda y Chocó. Se espera que, en total, más de 1.600 personas de esta comunidad regresen a sus territorios antes del 14 de septiembre.
Lea también: Protesta en Pereira contra la Nueva EPS por suspensión de servicios
Este retorno, liderado por la Unidad para las Víctimas y respaldado por otras entidades del Estado, busca garantizar el bienestar y la dignidad de las comunidades indígenas que se desplazaron en busca de mejores condiciones de vida y atención estatal.
Retorno de indígenas Embera: logística y garantías de seguridad
El regreso de los indígenas Embera a sus lugares de origen se desarrolla en el marco de un proceso coordinado entre varias instituciones. La Unidad para las Víctimas informó que se desplegó un amplio dispositivo logístico para facilitar el retorno en condiciones dignas y seguras.
La entidad anunció que se dispondrá de:
- 130 jeeps y 10 camiones para el transporte de las personas y sus enseres.
- 47 buses proporcionados por la Alcaldía Mayor de Bogotá.
- Acompañamiento médico durante todo el traslado.
- 3.294 alimentos en territorio, además de kits de aseo, lonas y más de 6.500 raciones alimentarias distribuidas antes del viaje.
Todo este operativo se lleva a cabo bajo estrictos protocolos de seguridad, priorizando el respeto por los derechos de las comunidades y el cumplimiento de los compromisos asumidos por las autoridades.
“Este retorno es fruto del trabajo conjunto entre el Gobierno Nacional, la Alcaldía de Bogotá y los líderes indígenas. Esperamos que las condiciones en territorio permitan una permanencia digna y sostenible para las familias”, indicó un vocero de la Unidad para las Víctimas.
Retorno de los Embera: confianza en los compromisos del Estado
El retorno no solo implica un cambio geográfico, sino también una apuesta por reconstruir sus proyectos de vida en el territorio ancestral. Sin embargo, el proceso está cargado de incertidumbre, ya que las comunidades confían en que el Gobierno Nacional y las entidades vinculadas a la negociación cumplan los compromisos pactados.
Durante su estadía en Bogotá, las comunidades Embera enfrentaron condiciones difíciles en albergues temporales. Las protestas y plantones organizados por los líderes indígenas reflejaron la urgencia de soluciones estructurales. Ahora, el reto es que las condiciones en sus territorios permitan una vida digna, con acceso a salud, educación, alimentación y seguridad.
Lea también: Hallan cuerpo de taxista y aún faltan dos jóvenes
“Nos vamos con la esperanza de que ahora sí nos cumplan. Volvemos a nuestras tierras porque allá están nuestras raíces, pero necesitamos apoyo real”, expresó una lideresa Embera antes de subir al bus.
El retorno también forma parte de una estrategia de reubicación y reparación integral a comunidades étnicas víctimas del conflicto armado. Por esta razón, se espera que haya seguimiento institucional y acompañamiento constante en las zonas a las que regresan.
Un retorno con desafíos sociales y culturales
El proceso de retorno de los Embera no está exento de desafíos. El desplazamiento forzado, la pérdida de territorio y la amenaza de actores armados siguen presentes en varias zonas del Chocó y Risaralda. Por eso, uno de los principales compromisos del Estado es garantizar condiciones de seguridad y no repetición.
Además, la reconstrucción del tejido comunitario y la reactivación de sus prácticas culturales y económicas serán esenciales para que el retorno sea sostenible. Las autoridades locales y nacionales deberán asegurar proyectos productivos, atención integral y programas de fortalecimiento cultural.
Este proceso, aunque esperanzador, requiere un compromiso continuo y coordinado para que el retorno de los indígenas Embera no sea solo un traslado físico, sino una verdadera restitución de derechos y dignidad.