Perro de apoyo emocional acompaña a comunidad universitaria tras tragedia en Calarcá
El accidente en el puente helicoidal de Calarcá dejó una huella imborrable en la Universidad Alexander von Humboldt. Diez miembros de su comunidad entre estudiantes, docentes y personal administrativo, perdieron la vida, y once más resultaron heridos. La tragedia no solo marcó cifras; dejó cicatrices emocionales profundas.

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En medio de ese dolor colectivo, ha surgido un acompañante inesperado: Archie, un perro de 13 años, entrenado en búsqueda y localización de personas. Con su andar tranquilo y su presencia silenciosa, se ha convertido en un símbolo de apoyo emocional para los afectados.
Archie no reemplaza el dolor, pero se ha convertido en un alivio tangible para quienes buscan consuelo. Su intervención ha sido clave en el proceso de contención emocional que adelanta la universidad.

Terapia asistida con animales, una estrategia de sanación
Johnny Ferley Rincón, coordinador académico del programa de Medicina Veterinaria y Zootecnia y dueño de Archie, explicó que la institución activó jornadas de terapia asistida con animales como parte del acompañamiento psicosocial a la comunidad educativa.
“Sabemos que el dolor no se borra con una caricia, pero sí puede disminuir con una presencia que no juzgue, que no cuestione, sino que simplemente esté”, afirmó Rincón.
Archie ha recorrido salones, oficinas, jardines y pasillos. Acompaña silenciosamente a quienes lloran, se sienta junto a los que no pueden hablar, y ofrece su compañía a estudiantes que buscan fuerzas para volver a clases.

Estos espacios de encuentro con Archie no solo han sido bien recibidos por los estudiantes, sino también por el personal docente y administrativo. Muchos coinciden en que su sola presencia genera calma, reduce la ansiedad y permite una pequeña pausa emocional.
La universidad evalúa extender el trabajo de Archie por más tiempo, dada la buena acogida y los efectos positivos en la salud mental de la comunidad.
Apoyo emocional en momentos críticos: el poder del vínculo humano-animal
El uso de perros como parte de procesos terapéuticos no es nuevo. Diversos estudios respaldan la efectividad de la terapia asistida con animales para mejorar el bienestar emocional, reducir síntomas de estrés postraumático y fortalecer la resiliencia.
En este caso, Archie representa más que una mascota o un perro de apoyo; es una figura de afecto incondicional en medio del duelo.

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“Archie no soluciona, pero consuela. No habla, pero comprende. No abraza, pero apacigua”, expresó uno de los estudiantes que interactuó con él en medio del duelo.
En una institución que aún lidia con la ausencia, Archie se ha transformado en un símbolo de esperanza y en un canal de sanación. Su presencia constante recuerda que, aunque el dolor no desaparece, se puede compartir. Y compartirlo es el primer paso para superarlo.
Un duelo colectivo que aún requiere atención
La Universidad Alexander von Humboldt continúa desarrollando espacios de atención psicológica y emocional. Las directivas han puesto en marcha una estrategia integral que incluye orientación individual, grupos de apoyo, y ahora, terapia con animales.
La comunidad educativa enfrenta una etapa difícil, pero no está sola. Las acciones de acompañamiento emocional, como la presencia de Archie, demuestran que es posible construir redes de contención incluso en los momentos más oscuros.