Defensoría rechaza maltrato infantil en comunidad Embera en Risaralda
La Defensoría del Pueblo rechazó de forma contundente un grave caso de maltrato infantil ocurrido en el municipio de Pueblo Rico, Risaralda. La víctima fue una menor indígena de la comunidad Embera Chamí que, según versiones preliminares, fue golpeada brutalmente por varios hombres, presuntamente sus familiares.
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La niña fue suspendida del techo con una cuerda y azotada, en un hecho que ha generado indignación nacional. La defensora del Pueblo, Iris Marín Ortiz, confirmó que la menor se encuentra estable y está bajo atención especializada del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
Maltrato infantil en Risaralda: una violencia estructural que no distingue culturas
El caso ha despertado una profunda preocupación por la forma en que se están vulnerando los derechos de la niñez, especialmente en comunidades que, por su contexto cultural, han sido tradicionalmente invisibilizadas frente al Estado.
“La niña indígena del pueblo Embera fue víctima de violencia física en su propio entorno familiar. No se trató de un proceso de justicia propia ni fue liderado por autoridades tradicionales”, aclaró Marín Ortiz. La funcionaria destacó que este tipo de actos no pueden ser excusados bajo ninguna circunstancia cultural o ancestral.
De acuerdo con la defensora, el ataque es parte de una violencia estructural y sistemática que afecta de manera particular a mujeres y menores en múltiples territorios del país. “No es un hecho aislado ni excepcional. Es un síntoma de una sociedad que sigue normalizando la agresión en nombre de la tradición”, agregó.
Este tipo de casos, que aún persisten en diferentes regiones de Colombia, evidencian la necesidad urgente de reforzar los mecanismos de protección para niñas, niños y adolescentes, especialmente en comunidades indígenas donde la institucionalidad tiene un acceso limitado.
Defensoría del Pueblo exige protección y justicia en caso de maltrato infantil
Tras conocerse el caso, la Defensoría del Pueblo pidió acciones inmediatas por parte de las autoridades para garantizar la integridad física y emocional de la menor. Igualmente, solicitó investigaciones que permitan identificar y sancionar a los responsables.
El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar informó que la menor no presenta fracturas internas y se encuentra bajo atención médica y psicológica. Sin embargo, la prioridad ahora es su recuperación emocional, considerando la gravedad del trauma sufrido.
“Las instituciones del Estado deben actuar sin dilaciones. Es responsabilidad de todos garantizar que ningún niño, niña o adolescente sea víctima de violencia, sea cual sea su contexto”, afirmó la defensora del Pueblo.
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La entidad también instó a fortalecer los canales de denuncia y atención en zonas rurales e indígenas. En muchas ocasiones, las víctimas permanecen en silencio por miedo o por presión de sus comunidades, lo que impide que los casos salgan a la luz.
Contexto del maltrato infantil en comunidades indígenas
El maltrato infantil en Colombia sigue siendo una problemática latente, especialmente en territorios donde las estructuras sociales se combinan con el aislamiento geográfico. En el caso de las comunidades indígenas, el acceso a mecanismos de protección es limitado y muchas veces inexistente.
Según cifras del ICBF, en 2024 se reportaron más de 20.000 casos de violencia contra menores en el país. De estos, una parte significativa se relaciona con agresiones dentro del núcleo familiar. En contextos como el de Pueblo Rico, la falta de presencia estatal hace que estos hechos se repitan con impunidad.
Organismos de derechos humanos han alertado en reiteradas ocasiones sobre la necesidad de integrar enfoques interculturales a las políticas públicas. Esto permitiría intervenir de forma efectiva sin desconocer las particularidades étnicas y culturales de cada comunidad.









