Gobernaciones del Eje Cafetero trabajan unidas en el Plan Regional de Cultura 2025
Las gobernaciones del Eje Cafetero han dado un paso clave hacia la integración cultural. El segundo encuentro de secretarios de cultura y la RAP consolidó la visión regional con miras al 2025.
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Fortalecimiento del patrimonio: base del Plan Regional de Cultura del Eje Cafetero
En el reciente encuentro realizado en Pereira, los líderes culturales y gubernamentales ratificaron su compromiso con una propuesta que ya se proyecta como un hito en la historia cultural del país.
El Gobernador de Risaralda, Juan Diego Patiño Ochoa, fue enfático al señalar que la cultura debe convertirse en un eje estratégico de desarrollo. Según afirmó, “no se trata solo de conservar las tradiciones, sino de proyectarlas como motores económicos y sociales del territorio”.
A su vez, el gerente de la Región Administrativa y de Planificación (RAP) Eje Cafetero, Humberto Tobón, explicó que este plan cultural está cimentado en pilares sólidos: el patrimonio y la música regional. Pero además, planteó una visión ambiciosa al destacar la necesidad de conectar la cultura con el turismo, como ya lo ha logrado exitosamente la región Caribe de Colombia.

“Estamos hablando de un enfoque que no solo preserve, sino que también potencie la economía regional. Lograr una simbiosis entre cultura y turismo es fundamental”, dijo Tobón.
Desde la Dirección de Cultura y Artes de Risaralda, Andrés García también recalcó el valor estratégico de este plan. Para él, la visión no es a corto plazo, sino de largo alcance, enfocada en posicionar la identidad cultural del Eje Cafetero como un activo clave en los próximos años.
Un proceso colaborativo para consolidar la identidad cultural regional
El Plan Regional de Cultura del Eje Cafetero se está construyendo desde la base del diálogo y la colaboración entre departamentos. Así lo destacó Felipe Robledo, Secretario de Cultura del Quindío, quien subrayó la importancia de tejer redes sólidas entre instituciones y territorios.
“Estamos construyendo esto en unidad, con visión conjunta, y agradezco especialmente al gerente de la RAP por impulsar este proceso”, expresó Robledo.
Este enfoque colaborativo busca articular una estrategia común, en lugar de seguir trabajando desde planes aislados o locales. Así, las acciones culturales dejarán de estar fragmentadas para transformarse en una política de integración regional.
Uno de los principales retos será reconocer y valorar tanto los elementos compartidos como las particularidades culturales de cada departamento. El objetivo es formular un plan que respete las identidades locales, pero que a la vez potencie una identidad cultural regional fuerte, coherente y visible.
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La RAP Eje Cafetero, como articuladora de este esfuerzo, se convierte en un eje clave para garantizar que los acuerdos se concreten en políticas efectivas. La formulación del plan incluye mesas de trabajo, diagnósticos culturales y la participación activa de actores locales como gestores culturales, artistas, sabedores ancestrales y comunidades.
Además, se espera que el Plan Regional de Cultura esté finalizado a finales de 2025, tras un proceso participativo y técnico. Esta hoja de ruta marcará el futuro de la cultura en el Eje Cafetero, alineada con el desarrollo económico y social sostenible de la región.
Cultura como motor de desarrollo y cohesión social
El Eje Cafetero es una región con una riqueza cultural única. Desde la oralidad y la música tradicional, hasta la literatura y las expresiones populares, este territorio posee un capital simbólico inmenso. La consolidación de un plan cultural regional permitirá no solo preservar este patrimonio, sino también dinamizarlo.
Además, la iniciativa ofrece una oportunidad para fortalecer la cohesión social. La cultura une, sana y permite reconocernos en las diferencias. En un país marcado por la diversidad y los desafíos sociales, un plan cultural sólido puede convertirse en una herramienta poderosa para la inclusión y la paz.
El turismo cultural, por su parte, es una de las grandes apuestas del plan. Según los líderes regionales, se trata de aprender del modelo caribeño y adaptarlo a la riqueza cafetera. La música andina, los oficios tradicionales, las ferias, las fiestas patronales y el patrimonio inmaterial pueden convertirse en atractivos clave para visitantes nacionales e internacionales.