Un cadáver en ataúd causa conmoción en la cárcel La 40 de Pereira
El ingreso de un cadáver en ataúd a la cárcel La 40 de Pereira ha desatado una ola de conmoción en la ciudad. El 17 de marzo, el cuerpo de José Luis Hurtado Marín, asesinado brutalmente en la zona rural de Arabia, fue trasladado hasta el centro penitenciario para permitirle a un recluso despedirse. La situación, que parecía sacada de una serie criminal, fue grabada por ciudadanos y rápidamente se viralizó en las redes sociales. La imagen de un coche fúnebre escoltado por motociclistas y deteniendo el tráfico en la zona central de Pereira captó la atención de todos, incluidos fiscales, funcionarios del Inpec y ciudadanos comunes.
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El asesinato de José Luis Hurtado Marín
José Luis Hurtado Marín fue asesinado el 17 de marzo en Arabia, una zona rural de Pereira. Su cuerpo fue hallado con evidentes signos de violencia, incluyendo heridas traumáticas en el rostro. A pesar de su corta edad, Hurtado Marín tenía antecedentes penales. Contaba con seis anotaciones judiciales por delitos como hurto y lesiones personales. Además, su nombre estaba vinculado a varios homicidios en sectores conflictivos como La Badea. Aunque las autoridades no han confirmado su participación directa en estos crímenes, su conexión con múltiples hechos violentos genera interrogantes sobre sus vínculos con otras personas dentro y fuera de la cárcel.
El ingreso del ataúd a la cárcel La 40
El motivo detrás del ingreso del ataúd a la cárcel La 40 fue que un recluso, identificado como Cristhian Hassan Salazar Giraldo, alias ‘Salas’, solicitó la oportunidad de despedirse de su amigo fallecido. Según el capitán Mauricio Erazo, director del centro penitenciario, la solicitud fue aprobada por la dirección nacional del Inpec, la cual autorizó tanto el ingreso del coche fúnebre como la presencia de la madre de ‘Salas’. Sin embargo, la mujer no ingresó al centro penitenciario y permaneció en el parqueadero, mientras su hijo fue escoltado por un guardián vestido de civil hasta el lugar donde estaba el cuerpo de José Luis Hurtado.
La despedida entre ‘Salas’ y su amigo fallecido fue breve y se prohibió la entrada de otros internos al lugar, lo que levantó cuestionamientos sobre la seguridad y los protocolos dentro de la prisión.

El caso de Cristhian Hassan Salazar Giraldo, alias ‘Salas’
Alias ‘Salas’ fue capturado el 28 de febrero de 2024, tras ser acusado de homicidio y porte ilegal de armas. El crimen que lo involucró ocurrió el 25 de enero de 2023, cuando un comerciante de celulares fue asesinado con cuatro disparos en un inquilinato de Pereira. Este acto criminal, al igual que otros hechos de violencia en los que ‘Salas’ se ha visto implicado, ha generado inquietud sobre las relaciones dentro del sistema penitenciario y las posibles conexiones entre reclusos y organizaciones criminales.
Aunque el Inpec ha defendido la actuación de sus funcionarios, al considerarlo un acto humanitario según la normativa penitenciaria, el hecho ha dejado un sabor amargo en la comunidad. En el entorno judicial se ha señalado que este tipo de situaciones pueden ser vistas como un acto de permisividad y debilidad institucional, lo cual puede enviar señales equivocadas a la ciudadanía.
Reacciones de las autoridades locales
El caso del cadáver ingresado a la cárcel La 40 fue uno de los temas tratados durante el consejo de seguridad celebrado el 22 de marzo en el municipio de Dosquebradas. Durante este encuentro, el alcalde de Dosquebradas, Roberto Jiménez, expresó su preocupación por la forma en que se permitió que se llevara a cabo este evento. El alcalde solicitó una revisión exhaustiva de los protocolos del Inpec, instando a las autoridades a garantizar que hechos como este no se repitan en el futuro.
Jiménez destacó la importancia de evitar que los reclusos sigan consolidando símbolos de poder dentro de las cárceles, lo cual podría fortalecer estructuras criminales que operan desde el interior de los penales. «Este tipo de acciones pueden socavar la autoridad institucional y dar señales equivocadas a la sociedad», comentó.
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¿Qué dice el Inpec?
Por su parte, el Inpec ha defendido su actuación en este caso, indicando que se trató de un acto humanitario avalado por las normativas penitenciarias que permiten a los reclusos despedirse de sus seres queridos en situaciones excepcionales. Sin embargo, las autoridades están analizando si hubo irregularidades en el proceso, especialmente en cuanto a la seguridad del evento y las implicaciones simbólicas que este tipo de actos puede generar.
El caso sigue generando controversia en la región, y mientras algunos defienden la actuación del Inpec como un gesto de humanidad, otros consideran que estos actos pueden resultar contraproducentes en el combate contra las estructuras criminales dentro de las cárceles. Las autoridades continúan con la investigación para determinar si existieron fallos en el protocolo de seguridad y si se permitió que se realizara una despedida que, según algunos, puede haber favorecido el poder de grupos delincuenciales