Controversia en Dosquebradas: Alcalde Roberto Jiménez dedica concierto a su hermano, exparamilitar Macaco
Las celebraciones por el aniversario de Dosquebradas, municipio industrial del Eje Cafetero, se vieron envueltas en una inesperada controversia tras las palabras del alcalde Roberto Jiménez. Durante un concierto realizado en el Parque Lagos de la Pradera, Jiménez dedicó el evento a su hermano, Carlos Mario Jiménez, alias Macaco, uno de los exparamilitares más notorios del país, fundador del Bloque Central Bolívar, y actualmente recluido en prisión.
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Este gesto del mandatario local, que en su intervención ante el público mencionó a su hermano como una figura a quien le dedicaba la celebración, generó reacciones encontradas entre los asistentes y en las redes sociales. Mientras algunos aplaudieron lo que consideraron una muestra de apoyo familiar, otros cuestionaron la idoneidad de hacer tal mención durante un evento público, especialmente cuando se trata de una persona vinculada a uno de los periodos más violentos de la historia reciente de Colombia.
Un gesto familiar que desató el debate
El alcalde Roberto Jiménez no escatimó en palabras al referirse a su hermano Macaco, quien se encuentra detenido desde hace más de 20 años por su participación en hechos de violencia relacionados con el conflicto armado colombiano. Carlos Mario Jiménez, conocido por su liderazgo en el Bloque Central Bolívar de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), fue condenado por múltiples crímenes, incluidos desplazamiento forzado y masacres, lo que lo convierte en una figura altamente polémica en la historia reciente del país.
Al dedicar el evento a Macaco, Jiménez generó un intenso debate sobre los límites entre la lealtad familiar y el contexto público. Algunos de los presentes en el concierto, principalmente personas cercanas al mandatario, aplaudieron el gesto, argumentando que se trataba de un acto de apoyo incondicional hacia un familiar. Sin embargo, la mayoría de los asistentes, así como usuarios en redes sociales, expresaron su desconcierto ante lo que consideraron un acto de poco juicio, dado el historial del hermano del alcalde.
«Es completamente inapropiado que un alcalde utilice un evento público para referirse a una figura vinculada con el paramilitarismo. El gesto no solo es desafortunado, sino que además reabre heridas de un conflicto que aún afecta a tantas familias», expresó una usuaria en redes sociales.

La reacción pública y el papel de las redes sociales
El discurso de Jiménez, como era de esperarse, no pasó desapercibido. Las redes sociales rápidamente se llenaron de comentarios tanto a favor como en contra. Mientras algunos defendían la postura del alcalde, calificándola como un acto de solidaridad y apoyo familiar, muchos otros denunciaron lo que percibieron como una falta de respeto hacia las víctimas del conflicto armado y la memoria histórica del país.
En ese sentido, varios sectores de la sociedad de Dosquebradas, incluidos líderes de organizaciones de derechos humanos, manifestaron su rechazo a las palabras del alcalde. «Es vital que los líderes políticos asuman su responsabilidad en la construcción de paz y reconciliación. Gestos como este, lejos de contribuir, lo que hacen es polarizar aún más a la sociedad», comentó una vocera de la Asociación de Víctimas de Violencia en el Eje Cafetero.
Por otro lado, en la comunidad política local, las opiniones estuvieron divididas. Algunos aliados del alcalde defendieron su derecho a expresar apoyo a su familia, mientras que otros, como la oposición, señalaron que el gesto podría afectar su imagen pública, especialmente en un contexto donde el país continúa luchando con los recuerdos y efectos del conflicto armado.
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El contexto histórico y las implicaciones de la polémica
Carlos Mario Jiménez, alias Macaco, es uno de los nombres más conocidos del paramilitarismo en Colombia. Fundador del Bloque Central Bolívar, uno de los grupos más sanguinarios de las AUC, Macaco es responsable de la ejecución de numerosos crímenes de guerra y violaciones a los derechos humanos durante su tiempo como líder paramilitar. A pesar de haber firmado un acuerdo de paz en 2004, su participación en actos violentos, como masacres y desplazamientos forzados, lo ha colocado en el centro del debate sobre la justicia transicional y la reparación de las víctimas.
Para muchos, el gesto del alcalde Roberto Jiménez representa una contradicción en los esfuerzos por construir una sociedad pacífica y reconciliada. Al dedicar un evento público a alguien con un pasado tan controvertido, el mandatario local revivió tensiones que aún persisten en muchas regiones de Colombia, donde el conflicto armado sigue dejando huellas profundas.









