Más de 400 emberás vuelven a su hogar ancestral tras meses de hacinamiento en Bogotá

Un nuevo grupo de familias emberás retorna a sus hogares después de varios meses en condiciones difíciles en la ciudad de Bogotá, gracias al acompañamiento permanente de la Unidad para las Víctimas.

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Regresaron tras varios meses en condiciones complicadas de hacinamiento, salubridad y subsistencia en la ciudad de Bogotá. 190 familias emberas retornaron a sus resguardos de la mano de la Unidad para las Víctimas. Pero este no fue el único grupo que logró regresar a su territorio ancestral. En total, fueron 432 indígenas emberas que se encontraban habitando en la Unidad de Protección Integral (UPI) La Rioja, en la capital del país. Todos retornaron a sus tierras en Pueblo Rico, Risaralda y Bagadó, Chocó.

Este regreso se hizo realidad gracias a la institucionalidad y a la labor de la Unidad para las Víctimas. Entidad que acompañó de manera permanente a las familias emberas en todo el proceso de retorno. Luego de varios meses subsistiendo a las inclemencias del frío y las carencias que deben pasar en una ciudad que los aleja de sus prácticas y costumbres ancestrales. Un nuevo grupo de familias indígenas decidió regresar de manera voluntaria a sus hogares.

El viaje desde la UPI hasta sus resguardos no fue fácil. Pero una vez allí, las familias recibieron transporte mular, kits de alimentos, hábitat y herramientas, que les permitirán mejorar las condiciones de vida de retornados y receptores durante los primeros días de readaptación al lugar que los vio nacer.

El director territorial de la Unidad en el Eje Cafetero, Luis Eduardo Torres Ramírez, destacó la importancia de respetar los compromisos con las comunidades indígenas para garantizar la permanencia de ellos en sus resguardos. En este sentido, el Gobierno del Cambio hará un seguimiento exhaustivo a los compromisos propios y de las demás entidades, con la finalidad de cumplirle a las víctimas y lograr la sostenibilidad del retorno, esto para que las familias se mantengan en los municipios de origen, evitando más penurias en las grandes ciudades.

El diálogo permanente, abierto y sincero que creó lazos de confianza entre la comunidad desplazada y la Unidad, fue la clave para hacer realidad estos retornos, logrando procesos dignos, bajo principios de voluntariedad y seguridad, comprendiendo las necesidades urgentes de los indígenas emberas y brindando soluciones inmediatas y a mediano plazo.

En el Gobierno del Cambio, busca dar prioridad a las comunidades indígenas y garantizar su seguridad, respetando sus derechos y apoyando su regreso a su territorio ancestral. Además de la Unidad y la Alcaldía Distrital de Bogotá, participaron de este ejercicio los entes territoriales de Pueblo Rico y Bagadó. El retorno de las familias emberas a sus tierras es un paso importante hacia la reconciliación y la reconstrucción del tejido social.

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