Deslizamientos de tierra generan alerta en la vía Pereira–Quibdó
Los deslizamientos de tierra impactan de nuevo la movilidad en la vía que conecta a Pereira y Quibdó. La ola invernal se intensificó en los últimos días y provocó varios derrumbes en el sector del Tabor, en Tadó, Chocó. Las autoridades monitorean la zona debido al riesgo de nuevas emergencias.
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La lluvia cae casi sin pausa y complica la estabilidad del terreno. Los conductores afrontan demoras constantes porque la vía funciona con pasos alternados. Además, las condiciones climáticas obligan a los organismos de socorro a mantener una vigilancia estricta para evitar tragedias.
Las comunidades cercanas a la carretera sienten preocupación. Aunque el tránsito continúa, el desplazamiento resulta lento, tenso y lleno de incertidumbre. Los equipos de respuesta coordinan acciones para minimizar peligros y garantizar el acceso hacia las poblaciones vecinas.
Situación actual de la vía y puntos críticos con deslizamientos de tierra
El panorama en la zona revela varios puntos afectados. Según Néstor Cardona, oficial de servicio del Cuerpo de Bomberos de Pueblo Rico, la carretera hacia el corregimiento de Santa Cecilia presenta al menos cuatro sitios con paso restringido a un solo carril. La situación cambia a diario porque el terreno permanece saturado de agua.
Los conductores avanzan con lentitud. Muchos deben detenerse para esperar la habilitación del paso, que depende de la remoción de rocas y lodo. A pesar de los trabajos de limpieza, la lluvia provoca nuevos desprendimientos que obligan a cerrar tramos por minutos u horas.
Por otro lado, los habitantes de la zona reportan sonidos de desmoronamiento durante las noches. Por ello, los organismos de emergencia aumentaron los recorridos. Mientras tanto, los equipos técnicos verifican la estabilidad de taludes para reducir riesgos.
Además, la fuerte humedad afecta la visibilidad. Los vehículos pesados sufren mayores dificultades en las curvas estrechas del sector del Tabor. Sin embargo, el flujo no se ha detenido por completo. Las autoridades trabajan sin pausa para mantener el tránsito habilitado, aunque con controles estrictos.
La región del Chocó y el occidente de Risaralda viven temporadas de lluvia intensas. Esto aumenta la probabilidad de derrumbes. Por esta razón, los expertos insisten en que el suelo blando es más vulnerable durante varios días después de las precipitaciones más fuertes.
Recomendaciones de seguridad ante nuevos deslizamientos de tierra
Los organismos de socorro emitieron varias recomendaciones para las comunidades y viajeros. En primer lugar, aconsejan evitar desplazamientos nocturnos. El riesgo crece porque la visibilidad disminuye y los deslizamientos pueden ocurrir sin aviso.
Además, sugieren revisar el estado del vehículo antes de viajar. Un sistema de frenos en buen estado puede prevenir accidentes en tramos húmedos o resbaladizos. Asimismo, recomiendan mantener una distancia amplia entre vehículos para reaccionar con rapidez ante cierres inesperados.
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También invitan a los viajeros a planificar sus rutas. Aunque la vía Pereira–Quibdó sigue abierta, los tiempos de recorrido pueden duplicarse. Por eso, solicitar información a las autoridades locales puede ayudar a evitar contratiempos.
Por otra parte, los habitantes de la zona deben estar atentos a señales de alerta. Entre ellas se encuentran grietas nuevas en el terreno, inclinación de árboles o movimientos de lodo cerca de viviendas. Estas señales podrían anticipar emergencias mayores.
Finalmente, las autoridades destacan que la prevención salva vidas. Aunque las lluvias continuarán, una conducción responsable reduce riesgos. Las comunidades colaboran con los equipos de emergencia y reportan novedades para agilizar respuestas.
