¡Brutal asesinato! Dos jóvenes fueron quemados vivos

Jóvenes fueron quemados vivos en un retén ilegal en Nariño.

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Violencia en la vía Panamericana: jóvenes quemados vivos por la guerrilla

Dos jóvenes que viajaban en un vehículo de carga fueron asesinados en medio de enfrentamientos entre estructuras ilegales y tropas del Ejército Nacional. La violencia volvió a sacudir al suroccidente del país y reavivó la preocupación por el control territorial de los grupos armados.

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El hecho ocurrió durante la madrugada del martes, cuando los jóvenes Adrián Marcillo, de 30 años, y Paola Tobar, de 19, se desplazaban en una turbo refrigerada cargada con queso. Ambos cumplían una ruta comercial entre departamentos del sur. Sin embargo, nunca imaginaron que serían víctimas de un crimen que ha causado indignación nacional.

De acuerdo con las primeras versiones, el vehículo fue detenido en un retén ilegal instalado por presuntos integrantes de una guerrilla que opera en la zona. Los armados obligaron a los ocupantes a descender. Minutos después, según relataron habitantes del sector, se escucharon gritos y luego un silencio estremecedor. Las víctimas fueron rociadas con combustible y quemadas vivas a un costado de la carretera.

Investigación por jóvenes quemados vivos por la guerrilla en Nariño

El Ejército Nacional confirmó que en la zona había fuertes combates entre una estructura ilegal y unidades militares que desarrollaban operaciones de control. A pesar de ello, las circunstancias exactas del crimen aún son materia de investigación.

Los cuerpos totalmente incinerados fueron trasladados hasta la morgue de Popayán, donde los familiares adelantan los procesos de identificación mediante técnicas forenses, debido al alto nivel de afectación causado por el fuego. Las autoridades señalaron que los restos deben someterse a análisis especializados para confirmar plenamente la identidad.

El asesinato de los jóvenes no solo evidencia la crueldad de los actores armados, sino también la vulnerabilidad en la que se encuentran transportadores, comerciantes y viajeros que cruzan esta importante arteria vial del país. Para muchos habitantes de la región, la vía Panamericana se ha convertido en un corredor marcado por bloqueos, extorsiones, ataques y homicidios.

El Gobernador del Cauca, junto con la Secretaría de Gobierno, rechazó de forma categórica este acto brutal. “No podemos permitir que hechos como este sigan ocurriendo. Es un crimen que demuestra la barbarie a la que han llegado estos grupos. Exigimos resultados inmediatos”, dijo un vocero del despacho departamental.

Las fuerzas militares y la Policía aseguraron que ya cuentan con una línea investigativa basada en reportes de inteligencia y testimonios preliminares. El propósito es identificar al grupo responsable, determinar si el crimen está relacionado con disputas por control territorial y capturar a los autores materiales.

Contexto de violencia que rodea el crimen

Los departamentos de Cauca y Nariño atraviesan una de las etapas más críticas en materia de seguridad durante los últimos años. En la región del Pacífico operan múltiples estructuras armadas que se disputan las rutas del narcotráfico, el control social y la extorsión.

Durante los últimos meses, defensores de derechos humanos han denunciado un incremento en los homicidios selectivos, las amenazas y los ataques contra la población civil. Organizaciones sociales sostienen que los corredores viales se han convertido en escenarios de riesgo permanente.

Adicionalmente, líderes de transportadores han alertado sobre la presencia continua de retenes ilegales. Según ellos, estos puntos de control clandestinos se utilizan para intimidar, cobrar extorsiones o atacar a quienes se niegan a cooperar.

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Este crimen se suma a una larga lista de hechos violentos registrados en la región, donde la falta de presencia estatal en zonas rurales ha permitido la expansión de grupos disidentes y estructuras criminales. Las autoridades reconocen que el desafío es enorme y que la ofensiva militar debe ser acompañada de inversión social y apoyo a las comunidades.

Indignación nacional y llamado a la acción

La noticia de los jóvenes quemados vivos por la guerrilla generó una fuerte reacción en redes sociales. Decenas de mensajes expresaron dolor, rabia e impotencia. Ciudadanos, líderes sociales y figuras públicas pidieron justicia y exigieron garantías para quienes trabajan en las rutas del sur del país.

Familiares de las víctimas, profundamente afectados, solicitaron respeto y acompañamiento en este proceso. “No entendemos cómo alguien puede hacer algo así. Solo queremos que no quede en la impunidad”, manifestó un allegado que viajó hasta Popayán.

Entre tanto, organismos de derechos humanos pidieron a las autoridades priorizar la investigación, aumentar la presencia institucional en Nariño y fortalecer las medidas de seguridad para la población rural.

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