Evento de motociclismo extremo causó daños en la Cuchilla del San Juan
La Corporación Autónoma Regional de Risaralda (CARDER) detuvo de manera inmediata un evento deportivo ilegal denominado Desafío Hard Enduro, que pretendía desarrollarse el próximo 27 de julio en la vereda Agualinda, en jurisdicción del municipio de Apía. El evento se planeaba sin los permisos ambientales obligatorios y dentro de la Cuchilla del San Juan, una zona clasificada como área protegida.
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La acción preventiva de la entidad ambiental se llevó a cabo tras detectar afectaciones directas al ecosistema estratégico de la región. Según el reporte técnico de la CARDER, se evidenciaron graves daños ambientales en la vereda Agualinda. Las intervenciones ilegales para adecuar una pista de motociclismo incluyeron tala de árboles nativos, alteración de humedales, destrucción de corredores biológicos y modificación de suelos.
Estas acciones se realizaron sin autorización, violando la normatividad que protege estos territorios y generando un riesgo crítico para la biodiversidad de la zona.
CARDER denunciará penalmente por ecocidio en área protegida de Risaralda
Ante la gravedad de los hechos, el director general de la CARDER, Julio César Gómez Salazar, anunció que se presentará una denuncia penal por ecocidio ante la Fiscalía General de la Nación. Esta figura legal se fundamenta en los derechos de la naturaleza consagrados en la legislación colombiana, los cuales prohíben expresamente actividades que amenacen la integridad de áreas ambientales protegidas.

Durante una intervención pública, el director Gómez realizó una llamada telefónica en vivo al presunto organizador del evento, Juan Camilo Agudelo. En esa conversación, le explicó la magnitud del daño ambiental generado y detalló los delitos asociados, como la deforestación sin licencia, la afectación de hábitats y el uso indebido del terreno para fines comerciales.
Además, advirtió sobre el impacto acústico que generaría el ruido extremo de las motocicletas en la fauna local. Este tipo de contaminación puede desplazar especies, alterar comportamientos naturales y generar un colapso en los ecosistemas sonoros.
“La Cuchilla del San Juan es uno de nuestros ecosistemas más valiosos. No permitiremos que se convierta en una pista de destrucción. Nuestra obligación es proteger la vida, la sostenibilidad y el derecho de las futuras generaciones a disfrutar de un ambiente sano”, afirmó Gómez.
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Promoción irresponsable y operativos de control en marcha
La CARDER también denunció que los organizadores promovieron el evento a través de redes sociales, ofreciendo entradas desde 80.000 pesos, sin advertir a los asistentes sobre los riesgos ecológicos ni informar que carecían de aval institucional.
Frente a esto, la entidad anunció que se adelantarán operativos en conjunto con la Policía Nacional para evitar que el evento se lleve a cabo. Estas acciones incluirán decomiso de motocicletas, imposición de comparendos ambientales y apertura de procesos sancionatorios a los responsables.
Asimismo, se advirtió que cualquier intento de realizar actividades similares sin permiso será enfrentado con medidas legales ejemplares. La CARDER hizo un llamado a la ciudadanía para que denuncie cualquier evento que atente contra el patrimonio natural del departamento.
Zonas protegidas requieren licencias y seguimiento técnico
La entidad recordó que territorios como la vereda Agualinda, situados en la vertiente oriental de la cordillera Occidental, están bajo un régimen ambiental especial. Toda intervención en estos espacios debe contar con estudios técnicos previos, licencias ambientales aprobadas y seguimiento riguroso por parte de las autoridades.
La Cuchilla del San Juan alberga especies vegetales y animales en riesgo, y cumple una función vital en la regulación hídrica y climática de Risaralda y sus municipios aledaños. Cualquier alteración puede tener efectos irreversibles en el equilibrio ecológico de la región.
El mensaje final de la CARDER fue claro: “No permitiremos que intereses particulares pongan en peligro el futuro ambiental de nuestro territorio. Las áreas protegidas no son terrenos de recreación privada, son espacios sagrados para la vida”.