Cultivos se pierden en Dosquebradas por exceso de humedad

Campesinos denuncian pérdidas por lluvias y falta de seguros agrícolas.

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Graves pérdidas en cultivos de Dosquebradas por humedad tras intensas lluvias en Risaralda

Aunque en los últimos días las lluvias han disminuido en Risaralda, la humedad persistente en los suelos de municipios como Dosquebradas sigue generando graves afectaciones a cultivos como plátano, habichuela, café, frutales y aguacate. La palabra clave “afectaciones a cultivos en Dosquebradas” se convierte en una preocupación central para el sector agrícola de la región.

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Las consecuencias de semanas de lluvias intensas aún se sienten con fuerza en el campo risaraldense, donde los terrenos saturados por el agua han provocado deslizamientos, pérdida de estabilidad en las plantaciones y deterioro generalizado de las cosechas. En palabras de Eduardo Morales, campesino y líder rural de Dosquebradas, «las matas de plátano literalmente se caen por la inestabilidad que produce el agua acumulada en los terrenos».


Humedad en los suelos genera afectaciones severas en los cultivos

La humedad retenida en los suelos, incluso después de que las precipitaciones cesaran parcialmente, ha impedido el desarrollo normal de las raíces en muchas plantaciones. Esta situación ha generado una caída masiva de plantas, especialmente en cultivos de plátano, cuya estructura es más vulnerable ante este tipo de fenómenos.

Según Morales, las lluvias no solo arruinaron parte de la cosecha sino que también destruyeron años de trabajo: “El agua debilitó los suelos al punto de que las plantas se vinieron abajo. Las raíces no resisten y los cultivos colapsan”, expresó con preocupación.

Las pérdidas económicas aún no han sido cuantificadas con exactitud, pero se estima que decenas de familias campesinas han visto reducido su sustento por las afectaciones en cultivos claves como el café, uno de los productos insignia de Risaralda.

El clima, con sus efectos persistentes, ha expuesto la fragilidad del sector agrícola ante fenómenos naturales extremos. A pesar de que el cielo ha dado tregua, la tierra sigue pagando las consecuencias.


Agricultores sin seguros ni respaldo nacional ante las pérdidas

Uno de los factores que más preocupa a los agricultores de Dosquebradas es la falta de seguros de cosecha. Eduardo Morales denunció que, a pesar de haber solicitado apoyo previamente, los seguros nunca llegaron a los campesinos del municipio.

“No tuvimos acceso a seguros agrícolas. Esa protección nunca llegó. Lo único que hemos recibido son ayudas por parte de la Gobernación de Risaralda”, explicó Morales. Aunque agradecen el respaldo departamental, los productores consideran insuficiente la respuesta ante la magnitud del daño.

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La situación pone de manifiesto una necesidad urgente: fortalecer las políticas públicas de respaldo al agro, especialmente en zonas con alta vulnerabilidad climática. La falta de cobertura y prevención ante desastres naturales deja al campesinado en una posición de extrema fragilidad.

Además, muchos agricultores reclaman que las ayudas llegan tarde o con trámites complejos, lo que dificulta el acceso a recursos en momentos de crisis.


Urge atención estructural y políticas de prevención para el campo

El panorama actual en Dosquebradas evidencia la importancia de una atención estructural al sector agrícola. Se necesita una respuesta estatal articulada que incluya seguros de cosecha eficaces, asistencia técnica para el manejo de suelos post-inundación y una estrategia de prevención ante futuras emergencias.

Organizaciones campesinas de la zona han comenzado a hacer llamados a las autoridades locales y nacionales para que prioricen al sector en sus agendas. “No podemos seguir dependiendo del clima y de promesas que no se cumplen. Necesitamos acciones concretas y sostenibles”, reclamó Morales.

Por ahora, las comunidades rurales de Dosquebradas continúan enfrentando una dura realidad: tierras inestables, pérdidas económicas y un futuro incierto para sus cultivos. Aunque la lluvia ha cesado, las consecuencias de su paso aún golpean con fuerza al corazón agrícola de Risaralda.

El Pereirano

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