El chimpancé Yoko será evaluado por la Carder en Brasil tras tres meses de adaptación
El chimpancé Yoko, trasladado en marzo desde el bioparque Ukumarí en Pereira, será inspeccionado por expertos de la Carder en su nuevo hogar: el santuario de fauna de Sorocaba, Brasil. Esta visita busca verificar su proceso de adaptación y bienestar junto a otros primates de su misma especie.
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Adaptación del chimpancé Yoko será evaluada por comisión de la Carder
Una comisión técnica de la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (Carder) viajará en los próximos días al santuario de fauna de Sorocaba, en Brasil, para verificar el estado del chimpancé Yoko, trasladado desde Colombia el pasado 23 de marzo. La visita se realizará entre el 19 y el 25 de junio, según lo confirmó el director de la entidad, Julio César Gómez.
“El objetivo es constatar que Yoko se encuentra en buenas condiciones, tanto físicas como comportamentales. Queremos asegurarnos de que su entorno en el santuario promueva su bienestar y socialización con otros primates”, explicó Gómez.
Yoko partió de Pereira tras ocho años de permanencia en el bioparque Ukumarí. Durante este tiempo, se adaptó a condiciones controladas y a interacciones limitadas, lo cual hizo fundamental su traslado a un entorno más adecuado. La operación de traslado, llamada Arca de Noé, duró más de 24 horas e incluyó un vuelo de carga que lo llevó finalmente a Brasil.
Yoko, un chimpancé en proceso de integración con otros primates
El traslado de Yoko no solo representó un reto logístico, sino también un hito en materia de conservación y bienestar animal. El chimpancé, que supera los 38 años de edad, fue enviado a Brasil para que pudiera convivir con otros ejemplares de su misma especie, algunos de ellos provenientes de diversas partes del mundo.
Aunque la expectativa de vida de un chimpancé en estado silvestre puede ser menor, en cautiverio y con cuidados especializados Yoko podría vivir hasta 50 años más. En el santuario de Sorocaba se encuentra bajo observación constante y participa en procesos de socialización.
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Desde su llegada, ha mostrado signos positivos de adaptación. Sin embargo, la comisión colombiana realizará un seguimiento puntual del comportamiento del primate, su dieta, interacción social y espacio físico. Estos factores son determinantes para concluir si el traslado ha cumplido con los objetivos trazados por la Carder y el bioparque Ukumarí.
Además, se espera que este tipo de acciones fortalezca la cooperación internacional en temas de conservación de especies y bienestar animal, algo que el director de la Carder también destacó.
“La experiencia con Yoko abre la puerta a más intercambios de conocimiento y colaboración entre instituciones que velan por la fauna silvestre en el mundo”, señaló Gómez.
Un modelo de bienestar animal que trasciende fronteras
El caso de Yoko ilustra cómo los esfuerzos por garantizar el bienestar animal pueden cruzar fronteras. En Pereira, su estadía de ocho años en Ukumarí le permitió mantener una buena condición física. No obstante, al tratarse de un chimpancé de una especie altamente social, el entorno limitado ya no era suficiente para su desarrollo emocional y cognitivo.
Por esta razón, su reubicación al santuario de Sorocaba, un espacio de referencia en Latinoamérica para la protección de primates, fue considerada la mejor opción. Este santuario alberga a decenas de animales rescatados de tráfico ilegal o situaciones de cautiverio inadecuado.
La visita de la comisión de Carder es también una oportunidad para generar informes técnicos que puedan ser compartidos con otras entidades ambientales y centros de conservación. Así, Yoko se convierte no solo en un embajador de su especie, sino en un símbolo de los esfuerzos coordinados por mejorar la vida de los animales bajo cuidado humano.
