Unión Magdalena sancionado por Dimayor tras violencia en el estadio Sierra Nevada
La División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor) anunció este viernes una dura sanción contra el Unión Magdalena tras los graves hechos de violencia ocurridos en el partido ante Once Caldas. La decisión, que incluye una derrota oficial por 0-3, una fuerte multa económica y el cierre parcial del estadio Sierra Nevada, agrava la crisis del equipo samario en la lucha por no descender.
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Dimayor sanciona al Unión Magdalena por violencia en el fútbol colombiano
El pasado domingo, durante el encuentro por la liga profesional entre Unión Magdalena y Once Caldas en Santa Marta, la violencia protagonizada por los hinchas obligó a suspender el partido al minuto 79. En ese momento, el equipo visitante ganaba 1-0 con gol de Dayro Moreno.
Según el informe arbitral presentado por Carlos Ortega, se produjo una invasión masiva al terreno de juego desde las tribunas norte y sur. “Después de esperar un tiempo prudencial, nos cercioramos que el DT del Club Once Caldas y un recogebolas del club local habían sido agredidos físicamente, el juego fue suspendido definitivamente por falta de garantías”, detalló Ortega en su reporte.
Ante la gravedad de los hechos, la Dimayor actuó rápidamente y basó su sanción en el artículo 34 del Código Disciplinario Único de la Federación Colombiana de Fútbol. Este artículo establece la pérdida del partido por retirada o renuncia, lo cual justifica la decisión de otorgar el marcador 0-3 en favor del Once Caldas DAF.
Esta derrota administrativa tiene un impacto directo en la ya crítica posición del Unión Magdalena en la tabla del descenso. A solo fechas del final del campeonato, cada punto es crucial, y perder sin jugar representa un golpe muy duro para sus aspiraciones de permanecer en primera división.
Cierre parcial del estadio Sierra Nevada y multa económica
Además del resultado en contra, la Dimayor impuso otras medidas disciplinarias que buscan sentar un precedente ante los crecientes actos de violencia en los estadios del país. La sanción incluye el cierre parcial del estadio Sierra Nevada, específicamente de las tribunas norte y sur, de donde provinieron los invasores del terreno de juego.
A esto se suma una multa cercana a los 30 millones de pesos colombianos, una carga financiera que golpea al club tanto como el castigo deportivo. Esta suma corresponde a los daños causados y al incumplimiento de las garantías de seguridad necesarias para un espectáculo deportivo de carácter profesional.
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El ente rector del fútbol profesional colombiano también aclaró que la sanción puede ser apelada. El club podrá presentar un recurso de reposición ante el Comité Disciplinario, o una apelación ante la Comisión Disciplinaria de la Dimayor. Sin embargo, por la contundencia de los hechos, se espera que la decisión se mantenga firme.
Estas medidas buscan enviar un mensaje claro a todos los clubes, hinchadas y actores del fútbol colombiano: la violencia no tiene cabida en el deporte. El fútbol debe ser un espacio de convivencia, no un campo de batalla.
Reacciones y consecuencias para el fútbol colombiano
La noticia ha generado diversas reacciones en el entorno del fútbol colombiano. Varios periodistas y expertos han destacado la firmeza de la Dimayor al tomar una decisión ejemplar. “Es un castigo justo y necesario. Si no se pone orden desde la organización, la violencia seguirá creciendo”, afirmó el analista deportivo Iván Mejía a través de sus redes sociales.
A nivel institucional, esta sanción puede tener un efecto preventivo. Otros clubes, conscientes de las posibles consecuencias, deberán reforzar las medidas de seguridad en sus estadios y trabajar de la mano con sus hinchadas para evitar situaciones similares.
En lo deportivo, el Unión Magdalena enfrenta una situación crítica. El equipo no solo perdió puntos vitales, sino que también deberá jugar sin el respaldo de parte de su afición. En medio de la lucha por no descender, esta sanción puede marcar un antes y un después en su temporada.
La Dimayor, por su parte, parece decidida a no tolerar más actos de violencia en el fútbol colombiano. Este castigo se convierte en una advertencia para todos los clubes: la seguridad y el respeto deben prevalecer por encima del resultado.