Guerra por el tucibí en Pereira y Dosquebradas: más de 100 muertos en menos de un año
La guerra por el control del tucibí ha dejado una trágica secuela de más de 100 muertos en Pereira y Dosquebradas. Esta droga sintética se ha convertido en un lucrativo y letal negocio que consume a cientos de jóvenes atrapados entre la adicción y la violencia.
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El tucibí, la droga sintética que desata violencia en Pereira
El tucibí, conocido también como «cocaína rosada», ha transformado el panorama criminal en el área metropolitana de Pereira. Esta droga de diseño, compuesta inicialmente por 2C-B, ha evolucionado peligrosamente. Hoy, sus ingredientes incluyen ketamina mezclada con cal, cemento, colorantes y, en algunos casos, metanfetaminas y fentanilo.
Según la DEA, este cóctel psicoactivo se presenta en forma de polvo teñido de rosa. Su uso, aunque promovido como recreativo, resulta altamente tóxico y adictivo. En menos de un año, su consumo ha desplazado a otras drogas tradicionales como la marihuana cripy y la heroína, aumentando la demanda en sectores juveniles.
Esta alta demanda, unida a la baja oferta y facilidad de producción, ha hecho del tucibí una de las sustancias más rentables del mercado ilegal. El precio de una dosis varía entre los $30.000 y $50.000. Las ganancias semanales por punto de distribución pueden superar los $50 millones, convirtiendo cada “chaza” en un punto estratégico para las organizaciones criminales.
Autoridades enfrentan la guerra por el control del tucibí
La Policía Metropolitana de Pereira ha identificado más de 150 puntos clandestinos de distribución de tucibí en Pereira y Dosquebradas. Solo 15 de estos han sido intervenidos. Esta guerra por el dominio territorial involucra a estructuras criminales como ‘Cordillera’, ‘La Oficina’, ‘Los Rebeldes’, además de bandas juveniles independientes.
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El teniente coronel Óscar Ochoa, subcomandante de la Policía Metropolitana, afirma que esta situación representa una amenaza creciente para la seguridad pública. “Ya hemos identificado al menos 28 marquillas distintas. Eso demuestra que el problema se ha atomizado”, indicó.
La lucha por el control de este mercado ha desencadenado un aumento alarmante en los homicidios. Solo en lo corrido del año, se han realizado más de mil capturas, de las cuales 800 están relacionadas con tráfico de estupefacientes y asesinatos selectivos. Entre los detenidos se encuentran 132 presuntos “cocineros” y distribuidores de tucibí, y 25 sicarios.
Las cifras son contundentes. Esta guerra no solo involucra armas y dinero, sino también vidas humanas. En dos casas de piques intervenidas por las autoridades, fueron hallados al menos 12 cuerpos desmembrados. En estos hechos sin precedentes fueron capturadas ocho personas, vinculadas directamente con los asesinatos.
Operativos y estrategias para frenar el avance del tucibí
Para combatir esta ola de violencia, las autoridades han desplegado las llamadas tomas 90H. Estas operaciones conjuntas entre Policía y alcaldías se desarrollan en zonas críticas con el fin de debilitar las finanzas de los grupos criminales. Hasta ahora, han logrado la captura de más de 10 cabecillas de bandas dedicadas al tráfico de tucibí.
Los operativos continúan de manera constante. Se ejecutan allanamientos, requisas y control de movilidad en sectores priorizados. Sin embargo, los retos son enormes, sobre todo por la participación creciente de jóvenes entre 17 y 25 años en todas las fases del negocio: producción, distribución y violencia armada.
El mensaje de las autoridades es claro. “Tanto el que vende como el que consume incurre en un delito. Seremos contundentes”, afirmó el subcomandante Ochoa.
