Acoso policial y persecución al líder de derechos humanos en Risaralda

En un contexto de creciente tensión y corrupción, el líder social Eisenhower Djanon Zapata ha sido víctima de hostigamientos y acosos policiales, los cuales han aumentado desde que, hace un mes, reveló graves irregularidades dentro de la Policía de Dosquebradas. El defensor de derechos humanos asegura que los ataques son retaliaciones por sus denuncias sobre corrupción en la Policía local.

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El aumento de los hostigamientos

Zapata explicó que los hostigamientos han escalado a niveles preocupantes, afectando incluso el trabajo de su esquema de seguridad. «Cada vez que me ven, me raquetean. Por poco me desbaratan el vehículo y los vehículos de los escoltas», denunció el líder social. Estas agresiones no son algo aislado; según Zapata, se trata de un patrón repetitivo que incluye requisas excesivas y no justificadas. En total, el líder social ha sido sometido a cuatro requisas desde que comenzó a denunciar los actos de corrupción dentro de la Policía de Dosquebradas.

El acoso no es nuevo para Zapata, quien afirma que se intensificó después de denunciar la corrupción en el Concejo Municipal. Para él, esta persecución parece estar relacionada con los traslados de algunos agentes de la Policía, lo que ha generado aún más presión en su contra.

El contexto de las denuncias

El defensor de derechos humanos ha sufrido acoso y enfrentado numerosos obstáculos en su lucha por la justicia en Risaralda. El defensor de derechos humanos ha sufrido acoso y enfrentado numerosos obstáculos en su lucha por la justicia en Risaralda.

Las denuncias de corrupción en la Policía de Dosquebradas abordan un tema sensible y peligroso en un municipio industrial. Sin embargo, la denuncia ha tenido repercusiones inmediatas. A raíz de sus declaraciones, Zapata ha sufrido represalias de quienes parecen intentar silenciarlo. Estas represalias no solo incluyen el acoso físico, sino también la afectación de su integridad profesional y personal.

¿Por qué esta persecución?

El líder social afirma que la situación empeoró tras las pruebas de polígrafo a varios agentes, lo que generó traslados. Estos movimientos, según Zapata, aumentaron las tensiones y la retaliación hacia su persona. «Si trasladan o echan a gente de la Policía, ya veo más retaliaciones», afirmó Zapata, señalando una estructura corrupta.

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El impacto de estas situaciones no solo afecta al líder social, sino que también genera un clima de inseguridad para otros defensores de derechos humanos en la región. La creciente violencia institucional podría tener repercusiones graves no solo para el activista, sino para toda la población que depende de la defensa de los derechos fundamentales en Risaralda.

Respuestas institucionales y perspectivas

A pesar de las graves denuncias de acoso y hostigamiento, la respuesta institucional en Dosquebradas ha sido limitada. Las autoridades locales y nacionales no han brindado un respaldo claro a Eisenhower Djanon Zapata, quien ha solicitado una intervención más efectiva en la situación. Las denuncias de corrupción dentro de la Policía de Dosquebradas requieren de una respuesta contundente y transparente que garantice la seguridad tanto de los denunciantes como de los ciudadanos en general.

La situación de Zapata pone en evidencia las complejas dinámicas de corrupción en las instituciones de seguridad pública y la peligrosa respuesta que enfrentan aquellos que se atreven a denunciarla. Sin un cambio estructural en la Policía de Dosquebradas y un compromiso serio por parte de las autoridades para proteger a los defensores de derechos humanos, es probable que este tipo de hostigamientos continúen