Cárcel La 40 en Pereira enfrenta riesgo de colapso por filtraciones de agua: más de 100 internos en peligro
La cárcel de varones La 40 en Pereira, una de las principales instituciones penitenciarias del municipio, está al borde del colapso debido a las severas filtraciones de agua que afectan la infraestructura (humedad). Este problema, que había sido denunciado desde agosto de 2024, se ha intensificado en las últimas semanas debido a las fuertes lluvias que azotan la región. La situación amenaza con desmoronar parte del techo de la cárcel, poniendo en grave riesgo a más de 100 internos que habitan en condiciones precarias.
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La crisis estructural de la cárcel La 40 en Pereira, debido a la humedad
Desde agosto de 2024, las condiciones de la cárcel La 40 en Pereira se han deteriorado considerablemente debido al impacto del invierno. Las lluvias persistentes han provocado filtraciones de agua que han afectado gravemente la estructura del techo. Según el dragoneante Favio Armando Espinosa, presidente del Sindicato de Empleados Unidos Penitenciarios (SEUP), parte del techo ya ha colapsado, lo que pone en riesgo la integridad de los internos, así como del personal que trabaja en el lugar.
El patio más afectado es el Patio No. 3, que alberga a aproximadamente 120 hombres. Las filtraciones de agua han provocado humedades excesivas en las paredes y el techo, lo que genera condiciones insalubres y peligrosas para los reclusos. Espinosa afirmó que, debido a la falta de respuesta por parte de las autoridades competentes, se está buscando declarar este patio como inhabitable. Para evitar una tragedia, las autoridades están considerando trasladar a los internos y cerrar definitivamente este espacio.
Condiciones precarias para los internos y el personal
La situación dentro de la cárcel La 40 ha llegado a un punto crítico. La infraestructura deteriorada afecta no solo a los internos, sino también a los guardianes del INPEC y al personal administrativo que se encuentra en el lugar. Las filtraciones de agua no solo comprometen la estructura, sino también la salud y seguridad de todos los que habitan y laboran en la cárcel.
El dragoneante Espinosa explicó que las condiciones son tan graves que, en muchos casos, llueve más adentro de la cárcel que fuera de ella. Esta situación ha generado una crisis dentro del centro penitenciario, ya que las filtraciones han hecho que el agua se acumule en diversas áreas, lo que podría derivar en un colapso total si no se toman medidas urgentes.
La respuesta de las autoridades ante la crisis de la humedad
La gravedad de la situación ha movilizado a diversas instituciones en busca de soluciones. Con el apoyo profesional de la Dirección de Gestión del Riesgo, Bomberos Pereira, la Defensoría del Pueblo y las secretarías de Infraestructura y Salud, se han planteado opciones para enfrentar la crisis. A través de un informe técnico, buscan obtener la declaratoria de inhabitabilidad del Patio No. 3 y así evitar un posible desastre.
Sin embargo, las respuestas del gobierno y las autoridades penitenciarias no han sido suficientes hasta el momento. A pesar de las denuncias constantes y la intervención de diversos actores, aún no se conocen las acciones concretas que se tomarán para solucionar el problema. La situación se complica debido a la falta de recursos y la lentitud de los procesos administrativos.
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La visita de la contralora delegada para la justicia
En una reciente visita a la cárcel La 40, la contralora delegada para la justicia, Jenny Lindo, activó una alerta por las fallas estructurales que ponen en peligro la seguridad de los internos. Durante su visita, Lindo expresó su preocupación por las humedades y los daños en la infraestructura, solicitando un informe detallado a la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios (USPEC) sobre las acciones que se están tomando para resolver el problema.
La visita de la contralora pone de manifiesto la urgencia de una respuesta efectiva por parte de las autoridades. A pesar de los esfuerzos de diversas entidades para abordar la situación, la falta de soluciones claras ha generado incertidumbre sobre el futuro de los internos y el personal de la cárcel.
