Luis Doranced, un héroe que sacrificó su mano para evitar una tragedia en Uniminuto

Luis Doranced Boñol Gutiérrez, un valiente miembro de la Policía Nacional, ha pasado a ser considerado un héroe tras un acto de extrema valentía durante un evento en la Corporación Universitaria Minuto de Dios (Uniminuto), en Pereira, el pasado 12 de marzo. El intendente perdió su mano izquierda tras una explosión que dejó a ocho personas heridas, pero su sacrificio evitó que la tragedia fuera aún mayor.

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El incidente ocurrió mientras la Policía Nacional realizaba un evento de rendición de cuentas en Uniminuto, en el que participaban tanto uniformados como civiles. A primera vista, todo transcurría con normalidad hasta que un estruendo estremeció la institución. En cuestión de segundos, el caos se desató cuando una granada explotó en medio del grupo. Sin embargo, la acción heroica de Boñol Gutiérrez hizo toda la diferencia.

Un sacrificio que salvó vidas: la reacción heroica de Luis Doranced

Cuando la granada se activó, Luis Doranced reaccionó con una rapidez impresionante. En lugar de buscar su propia seguridad, el intendente tomó una decisión trascendental: se aferró con fuerza al artefacto, apretó la granada con su mano izquierda y esperó la detonación. Este acto instintivo, que muchos consideran casi suicida, tuvo como resultado que la onda expansiva se liberara de manera controlada, evitando una tragedia aún mayor.

“Él supo lo que pasaba en el instante preciso y tuvo la sangre fría para actuar”, relató uno de sus colegas, quien prefirió no revelar su identidad. A pesar del dolor y el riesgo, el gesto de Luis Doranced evitó que la explosión causara lesiones graves entre los asistentes. Según testimonios de otros uniformados, de no haber sido por su rápida intervención, la granada habría causado daños mucho mayores.

La difícil recuperación física y emocional de Boñol Gutiérrez

Tras la explosión, Luis Doranced fue rápidamente trasladado al Hospital Universitario San Jorge, donde los médicos no pudieron hacer nada por salvar su extremidad izquierda. La mano había quedado destrozada por la explosión y, debido a la gravedad de las lesiones, los cirujanos tomaron la difícil decisión de amputarla.

“Presentó una lesión severa en su mano izquierda, sin posibilidad de salvamento. Fue necesario iniciar medidas de soporte en la sala de reanimación y trasladarlo de urgencia al quirófano”, explicó la doctora Camila Marín Peralta, especialista en emergencias.

Aunque su cuerpo comenzaba el proceso de recuperación, la herida emocional es algo que, según sus compañeros, le tomará más tiempo. “Es un momento difícil para él. Luis es un hombre fuerte, pero la amputación de su mano le ha afectado profundamente. No es solo la pérdida física, sino el reto psicológico que enfrenta ahora”, relató otro de sus colegas.

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Luis Doranced: de la guerra en el Cauca a la tragedia en Pereira

Luis Doranced Boñol Gutiérrez llegó a Uniminuto tras cumplir una misión en una de las regiones más conflictivas de Colombia: el departamento del Cauca. Allí, el intendente participó en varios operativos en zonas donde los atentados y las emboscadas son parte de la realidad cotidiana de los uniformados.

Según sus compañeros, Boñol Gutiérrez había salido ileso de situaciones extremadamente peligrosas en el Cauca. “Allá la cosa está dura, pero él regresó entero”, comentó un amigo cercano. Sin embargo, la vida le jugó una mala pasada en Pereira. “Algunos dicen que perdió la mano de la manera más inesperada, en un acto que nadie se esperaba, pero otros pensamos que hizo lo que debía hacer. Prefirió recibir él el impacto y no dejar que otros salieran afectados”.

El legado de un héroe: el ejemplo de Luis Doranced

Hoy, Luis Doranced Boñol Gutiérrez es reconocido como un héroe. Su sacrificio es un recordatorio del valor, la valentía y el compromiso que caracterizan a los miembros de las fuerzas de seguridad en Colombia. A pesar de su grave herida, el intendente ha demostrado que, en momentos de crisis, la rapidez y la valentía pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

Los testigos del hecho coinciden en señalar que, sin su intervención, la explosión habría dejado consecuencias mucho más devastadoras. “Él actuó con la conciencia de que salvar a otros era más importante que su propia seguridad”, destacó uno de sus compañeros de trabajo.