La Corporación Autónoma Regional de Risaralda (CARDER) reiteró su advertencia sobre la inestabilidad de la ladera del río Otún, alertando sobre los riesgos de realizar actividades masivas en esta zona. La entidad enfatizó que este sector ha registrado fenómenos geológicos durante más de dos décadas, convirtiéndolo en un área de alto riesgo.
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Julio César Gómez, director de la CARDER, explicó que la corporación ha emitido múltiples informes técnicos que advierten sobre la peligrosidad del terreno. Estos estudios han sido incluidos en los planes de ordenamiento territorial (POT) de Pereira y Dosquebradas para restringir actividades en el área.
“Desde la Corporación ya hemos prendido las alarmas y le hemos dado suficientes elementos a los alcaldes de Dosquebradas y Pereira para que valoren las implicaciones de hacer una actividad masiva en este sector. Si bien este ha sido un hito de ciudad, desde hace más de 24 años han ocurrido fenómenos geológicos en estas laderas que han llevado a establecer restricciones claras”, afirmó Gómez.
CARDER enfatiza en la peligrosidad del terreno y el estado del puente
La CARDER ha identificado varios riesgos que hacen que la ladera del río Otún no sea apta para eventos de gran afluencia de público. Entre las principales preocupaciones se encuentran la inestabilidad del terreno, la dinámica hídrica del río y la tubificación de las laderas.
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“Es un área de riesgo no mitigable por varias consideraciones técnicas. Los estudios han demostrado que hay factores como torrencialidades y erosión que afectan directamente la sostenibilidad del sector. Por eso, la CARDER siempre ha considerado inconveniente cualquier actividad en esta zona”, agregó el director.
Otro de los puntos que genera alerta es el estado del puente que comunica Pereira y Dosquebradas, una estructura con más de 100 años de antigüedad. La entidad señaló que no hay estudios estructurales recientes que garanticen su estabilidad frente a una alta demanda de tránsito peatonal.
“Tenemos reparos muy grandes. Se trata de un puente que ha estado expuesto al sol y al agua sin mantenimiento adecuado. No hay un diagnóstico profundo que permita determinar si tiene la capacidad de soportar el flujo de gente que podría generarse con su reapertura”, precisó Gómez.
Un antecedente histórico refuerza la alerta
Uno de los argumentos más contundentes de la CARDER para mantener su postura es la tragedia del barrio Risaralda, ocurrida en la década de 1980, cuando un deslizamiento en la ladera del río Otún dejó más de 100 personas muertas.
“La CARDER nació tras la tragedia del barrio Risaralda, un evento que evidenció los riesgos de esta zona. Desde entonces, hemos realizado estudios y diagnósticos que han permitido tomar decisiones basadas en el conocimiento técnico. No podemos ignorar la historia y permitir que se repita una situación similar”, explicó el director de la corporación.
Pese a las advertencias, la CARDER no tiene autoridad para impedir la ejecución de proyectos en la zona, ya que esta es una competencia de los alcaldes de Pereira y Dosquebradas.
“Nosotros no somos autoridad sobre los alcaldes. Nuestro papel es hacer recomendaciones con base en estudios técnicos, pero la decisión final les corresponde a ellos, que son las primeras autoridades ambientales de sus municipios”, puntualizó Gómez.