Más de 1400 delegados de todo el mundo se reúnen en Bogotá para abordar una de las problemáticas más urgentes a nivel global.
Colombia se convirtió en la sede de la histórica Primera Conferencia Ministerial Mundial para Erradicar la Violencia contra la Niñez, un evento de trascendental importancia que reúne a más de 1400 delegados de los 194 países miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El evento, impulsado por el gobierno sueco, se inauguró con la presencia del presidente colombiano, Gustavo Petro, y el canciller Luis Gilberto Murillo, quienes marcaron el inicio de un espacio global de reflexión y acción sobre la violencia infantil, con el objetivo de buscar soluciones concretas a este flagelo mundial.
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Colombia asume liderazgo en la protección de la niñez
Durante la apertura, el presidente Gustavo Petro destacó el esfuerzo nacional de Colombia por priorizar la protección de la infancia, citando el exitoso rescate de los niños perdidos en la selva amazónica como un ejemplo de unidad y compromiso con los menores. «Colombia hizo algo que generalmente no ha hecho: priorizar la niñez. Hacer real la consigna de que los niños y las niñas son primero. Esa consigna no se puede olvidar», afirmó Petro ante una audiencia internacional, subrayando que la violencia infantil no solo se manifiesta en abuso físico, sino también en amenazas derivadas de fenómenos como el cambio climático y los avances en tecnologías bélicas, incluida la inteligencia artificial.
El presidente también subrayó que el evento no solo es una oportunidad para discutir sobre las formas directas de violencia, sino también sobre las implicaciones de la falta de acción frente a los problemas globales que afectan a la niñez. «Nuestros niños y niñas están siendo víctimas no solo de la violencia directa, sino también de la inacción ante el futuro incierto que estamos construyendo», destacó.
Acelerando la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible
La conferencia tiene como objetivo principal acelerar la implementación de la meta 16.2 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que busca erradicar el maltrato, la explotación, la trata y todas las formas de violencia contra los niños. En este sentido, los delegados de diferentes países trabajarán sobre las siete estrategias INSPIRE, una serie de medidas recomendadas por la OMS para prevenir y abordar la violencia infantil de manera efectiva.
Luis Gilberto Murillo, canciller de Colombia, enfatizó la importancia de este evento para liderar el debate global y buscar soluciones innovadoras para proteger a la niñez. «Hace solo una semana, hablamos del futuro de la biodiversidad en la COP16. Hoy, hablamos del futuro de nuestros niños, porque la protección infantil y la preservación de la vida están profundamente conectadas», señaló. Murillo también recordó la necesidad de comprometerse con soluciones reales y efectivas, destacando que más de mil millones de niños en el mundo sufren algún tipo de violencia.
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Un llamado a la acción global
Uno de los momentos más impactantes de la inauguración fue el discurso de Najat Maalla M’jid, representante especial del Secretario General de la ONU sobre violencia contra los niños, quien instó a los líderes mundiales a que las conversaciones de la conferencia no se queden solo en palabras. «Es hora de actuar, no solo de hablar. El compromiso debe ser real y los cambios deben ser inmediatos», afirmó Maalla M’jid, destacando que la lucha contra la violencia infantil es una responsabilidad compartida por todos los países y líderes.
En paralelo, Camilla Waltersson Grönvall, ministra de Servicios Sociales de Suecia, expresó su apoyo a la conferencia y destacó la importancia de la cooperación internacional para garantizar una infancia libre de violencia. «Este evento es un paso crucial hacia la creación de un esfuerzo global para proteger a la niñez. La protección infantil debe ser una prioridad en la agenda global», dijo Grönvall.
La conferencia culminará con la emisión de un documento final que servirá como un llamado a la acción para los gobiernos de todo el mundo. Se espera que este informe inspire nuevas políticas y acciones concretas para garantizar un futuro libre de violencia para todos los niños y niñas.