En Santa Rosa de Cabal, mujeres campesinas lideran el cambio hacia una vida digna y próspera.
Durante la Semana por la Paz 2024, Risaralda reafirma su compromiso con la paz y la inclusión social, destacando el papel crucial de las mujeres rurales en la construcción de un futuro más prometedor. Marleny Arroyave, presidenta de la Asociación Municipal de Mujer Campesina, es un claro ejemplo de cómo el empoderamiento femenino puede transformar vidas y comunidades. “El campo es una riqueza que los que estamos aquí no siempre hemos entendido”, reflexiona, marcando el inicio de una jornada de cambios y oportunidades.
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Empoderamiento femenino en el corazón del campo
Marleny Arroyave, nacida y criada en el campo, ha dedicado su vida a demostrar que la vida rural puede ser un camino hacia el florecimiento personal y comunitario. Desde que se unió a la Asociación de Mujeres Campesinas, ha trabajado incansablemente para empoderar a otras mujeres, ofreciéndoles capacitaciones en salud mental, autoestima y trabajo en equipo. “Cuando una mujer en el hogar está bien, todo su entorno también lo está”, afirma con convicción, subrayando la importancia del bienestar femenino en el desarrollo familiar y comunitario.

La Secretaría de Desarrollo Rural de Risaralda respalda esta labor con jornadas técnicas que buscan mejorar la calidad de vida de las campesinas y la sostenibilidad de sus productos. Uno de los logros más significativos de Marleny ha sido la creación del mercado campesino en 2017. “Si en las fincas estamos perdiendo limones, hortalizas y tantas cosas, ¿por qué no sacarlas a la ciudad?”, se preguntó, transformando una idea en una realidad exitosa a pesar de los obstáculos iniciales.
Un mercado que simboliza el cambio
El mercado campesino no solo se ha convertido en un lugar de venta; es un símbolo del empoderamiento y la resiliencia de las mujeres del campo. “El primer día no vendimos nada”, recuerda Marleny entre risas, pero su tenacidad y la colaboración de su comunidad hicieron que el mercado creciera. Con carpas y música, lograron atraer a más visitantes, valorando productos que antes se desperdiciaban.
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Marleny no se detiene en sus logros. Sueña con que más personas reconozcan la grandeza del campo y el potencial que tienen las mujeres en él. “Quisiera que entendieran lo que significa vivir rodeados de esta riqueza”, expresa, recordándonos que el verdadero poder radica en la constancia y la fe en que cada esfuerzo, cada semilla sembrada, puede dar fruto.









