Compromiso con la población vulnerable
En un esfuerzo continuo por mejorar la seguridad alimentaria, la Gobernación de Risaralda llevó a cabo una nueva jornada de entrega de suplementos alimentarios en los municipios de La Celia y Balboa, reafirmando su compromiso con la nutrición y el bienestar de los sectores más vulnerables del departamento.
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El gobernador Juan Diego Patiño lideró personalmente la distribución de cerca de 1.600 unidades de suplementos, dirigidos especialmente a niños, adultos mayores y personas con discapacidad. Este acto es parte de una iniciativa más amplia que ha visto la distribución de más de 9.400 unidades en todo Risaralda en lo que va del año.
«Un balance positivo. Como lo he venido anunciando, la Gobernación de Risaralda se descentraliza a los territorios en este caso de La Celia y Balboa», expresó el gobernador Patiño, destacando la importancia de llevar los servicios y apoyos directamente a los municipios para una mayor eficiencia y efectividad en la ayuda.
Impacto en la comunidad
La respuesta de la comunidad ha sido extremadamente positiva, con residentes como María Rut Bedoya y Alba Lucía Quintero expresando su gratitud. “Estas entregas son muy importantes porque los suplementos tienen vitaminas y nos ayudan mucho para la alimentación sobre todo de los niños”, compartió Bedoya, resaltando el impacto directo de estas ayudas en la salud y nutrición diaria.
“Somos muchas personas necesitadas y de verdad que estas ayudas que nos da la Gobernación son muy importantes”, añadió Quintero, enfatizando la diferencia que hacen estas intervenciones en las vidas de muchas familias.
Un futuro de apoyo continuo
La Gobernación de Risaralda planea continuar estas entregas, extendiéndose a otros municipios que requieren asistencia similar. Este programa no solo busca aliviar el hambre, sino también proporcionar los nutrientes esenciales que promueven una vida saludable y activa entre los ciudadanos más desfavorecidos.
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El enfoque proactivo de Risaralda hacia la seguridad alimentaria se alinea con los esfuerzos nacionales e internacionales para combatir el hambre y la malnutrición, y refleja un modelo de gobernanza que prioriza el bienestar humano sobre todo en tiempos de incertidumbre económica.
