El exmandatario colombiano desmiente las acusaciones en un pronunciamiento detallado y cargado de críticas hacia el sistema judicial

En un giro reciente y sumamente controversial, el expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez ha roto su silencio frente a la decisión de la Fiscalía General de la Nación de llevarlo a juicio. En un extenso documento que comprende 43 puntos, Uribe rechaza todas las acusaciones de soborno a testigos y fraude procesal, alegando que «no tienen una sola prueba» que sustente los cargos en su contra. Este enfrentamiento pone en relieve no solo su situación legal, sino también una serie de conflictos políticos y personales que parecen entrelazarse con el proceso judicial.

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«No Tienen una Sola Prueba»: Uribe Desafía a la Fiscalía

Desde el inicio de su declaración, Uribe fue enfático en resaltar la ausencia de mérito en las acusaciones, mencionando que dos fiscales previamente «no encontraron mérito para acusarme» y propusieron la preclusión del caso. Esta afirmación se suma a una serie de críticas que incluyen presuntas irregularidades en la corte y una supuesta animadversión personal por parte de algunos magistrados.

Según Uribe, el magistrado ponente Alejandro Linares fue acusado de filtrar información a la prensa y de recibir llamadas de figuras políticas influyentes durante el manejo del caso, algo que, según él, mina la imparcialidad esperada en procesos de esta magnitud.

«Animadversión de Magistrados en mi Contra»

El expresidente continuó su crítica indicando que existe una clara animadversión por parte de ciertos magistrados de la Corte Suprema de Justicia, como José Luis Barceló, Luis Antonio Hernández y Fernando Alberto Castro Caballero. Uribe afirmó que estos magistrados negaron repetidamente el acceso a procesos y deliberaciones, y cuestionó la equidad del proceso judicial que enfrenta.

Uribe también acusó a estos magistrados de participar en la elección de otros jueces que eventualmente decidirían sobre su privación de la libertad, describiendo esta situación como una intrincada red de influencias y favoritismos que, según él, ha perjudicado seriamente su derecho a un juicio justo.

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La Política Entra al Tribunal

El expresidente no solo se defendió de las acusaciones en su contra, sino que también señaló cómo elementos externos como la política y las relaciones personales han jugado un papel en su proceso judicial. Mencionó la cercanía de la nueva fiscal general de la Nación, Luz Adriana Camargo, con figuras políticas prominentes, y expresó preocupaciones sobre cómo esto podría influir en las decisiones judiciales relacionadas con su caso.

Además, criticó la participación de la fiscal general en misiones internacionales y su asociación anterior con sectores políticos que han sido abiertamente críticos hacia él y su administración, insinuando que estas conexiones podrían afectar la imparcialidad necesaria en su proceso.

En el transcurso de su declaración, Uribe destacó varias veces la falta de pruebas concretas y criticó el sistema judicial por lo que él considera un uso indebido del poder judicial para perseguirlo políticamente, en lugar de administrar justicia de manera objetiva. Esta situación, argumenta, pone en riesgo no solo su libertad sino la confianza en el sistema judicial colombiano.