La demanda de atención en salud mental en Risaralda supera el 90% de capacidad del hospital local, enfatizando la necesidad de intervenciones urgentes.
En Risaralda, los problemas de salud mental continúan escalando a niveles alarmantes, con el Hospital Mental de Risaralda reportando una ocupación superior al 90%. Este incremento se debe principalmente a un aumento significativo en los casos de depresión, estrés y ansiedad entre los ciudadanos. La situación actual subraya la urgente necesidad de estrategias efectivas para manejar esta crisis de salud mental que, sin intervención adecuada, podría tener consecuencias fatales.
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La salud mental en Risaralda enfrenta una crisis sin precedentes. Con una ocupación hospitalaria que rebasa el 90%, el Hospital Mental de Risaralda se ve desbordado ante el creciente número de pacientes que requieren atención especializada. Este aumento en los casos refleja una tendencia preocupante en la salud mental de los risaraldenses, con trastornos como la depresión, el estrés y la ansiedad liderando las estadísticas.
Estrategias de Intervención:
Ante esta crítica situación, Beatriz Elena Villegas, gerente del Hospital Mental de Risaralda, ha anunciado la implementación de varias estrategias destinadas a mejorar el acceso y la calidad de la atención en salud mental. Entre estas medidas se incluye el fortalecimiento de la línea amiga, un recurso telefónico destinado a ofrecer apoyo y orientación a quienes lo necesiten. Además, se contempla la posibilidad de enviar expertos en salud mental directamente a los hogares de los pacientes, garantizando así un tratamiento más personalizado y efectivo.
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El Desafío de las Citas Canceladas:
Otro desafío importante que enfrenta el hospital es el alto número de citas canceladas por los pacientes, con un promedio de cerca de mil cancelaciones mensuales. Esta situación no solo refleja las dificultades de acceso a los servicios de salud mental, sino también el estigma y la desinformación que aún rodean a estas condiciones. La cancelación de citas compromete la eficacia del tratamiento y el bienestar a largo plazo de los pacientes, un obstáculo significativo en la lucha contra la crisis de salud mental en Risaralda.









