Durante un discurso en Italia, el Papa Francisco manifestó su preocupación por la natalidad, ya que considera que es un indicador clave para medir la esperanza de un pueblo. En medio de su intervención, compartió una anécdota que lo enfadó en su momento, cuando una mujer trató a su perro como si fuera un bebé.
Mientras participaba en la Audiencia General de los miércoles, el Papa se acercó a saludar a los visitantes, y fue entonces cuando una mujer llamó su atención. Según relató, «llegué ante una señora, de unos cincuenta años aproximadamente; la saludé y ella abrió una bolsa diciéndome: ‘Bendígamelo, mi bebé'».
El Papa Francisco creyó inicialmente que se trataba de un niño pequeño, pero al mirar dentro de la bolsa, se dio cuenta de que en realidad era la mascota de la mujer. Enfadado, regañó a la señora diciéndole: «¡Señora, tantos niños tienen hambre y usted con el perrito!».
El secretario del Papa también vivió una experiencia similar en la Plaza de San Pedro, cuando se acercó a bendecir a un bebé que resultó ser un perro en un cochecito.
Para el líder de la Iglesia Católica, estas situaciones reflejan una tendencia actual. Advirtió que si las cosas continúan así, podría convertirse en una costumbre en el futuro y enfatizó la preocupación por la mentalidad de las jóvenes generaciones, que crecen en la incertidumbre, la desilusión y el miedo, viendo la maternidad como una carga en lugar de una bendición.
El Papa Francisco lamentó que solo los más ricos puedan permitirse tener una mayor libertad para elegir su estilo de vida, lo cual considera injusto y humillante. Concluyó su discurso alentando a colaborar en la tarea de regenerar la esperanza y promover la vida en Italia, Europa y en todo el mundo.
