Justo cuando se instalaba la olla comunitaria en Magangué, Bolívar, haciendo énfasis en que el problema social del hambre, especialmente en la niñez colombiana es uno de los principales flagelos del país, el presidente de los colombianos, Gustavo Petro Urrego, expresó que esta es una de sus mayores preocupaciones y que además no se combate dándoles “bienestarina” hecha con productos importados y además costosos para el Estado.
Además, el mandatario colombiano, dio la orden categórica al director de la Unidad de Gestión de Riesgo, Javier Pava Sánchez, para que comience a implementar junto con su equipo de trabajo, la creación de cooperativas que permitan comprar las cosechas de los campesinos, realizar un debido proceso de comercialización a bajo costo y puedan llevar esta comida a las zonas más críticas y con más problemas socioeconómicos del país.
Petro, también dijo enfáticamente durante el evento, que a partir de la fecha, sería el último día en que el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) comprará los elementos con los que se fabrica la “bienestarina” haciendo referencia a que con esta compra no se está ayudando a la economía del país, porque los alimentos de los niños colombianos se tienen que producir en nuestro campo, dándole sentido a su política de reactivación económica interna.
«Cuando el ICBF entrega “bienestarina” está cometiendo un grave error porque la “bienestarina” es un producto importado al por mayor, hay un contratista, y eso lo reparten a los niños donde no se la roban, pues no», afirmó el jefe de Estado en su discurso.