La estrecha relación entre los carteles de México y Colombia, tienen historia desde los años 80, cuando aún existían y operaban como los mayores traficantes de drogas, los carteles de Cali y Medellín. Posterior a eso, vinieron carteles como Jalisco Nueva Generación y Sinaloa, quienes se fortalecieron creando terror con su modo de crimen trasnacional, esta fuerza oscura les permitió desarrollar todas sus actividades ligadas a las rentas ilícitas en conexión con otros países, siendo uno de los más importantes, Colombia.
En el año 2016, cuando se firmó el acuerdo de Paz con las antiguas Farc, que dejó un vacío de poder por parte de este grupo armado, este modo de delincuencia mexicana, poco a poco fue ocupando espacios que en alianza con otras estructuras criminales, vienen operando hasta la fecha, algunas de ellas son el Clan del Golfo, el ELN y Los Caparros, a los que se sumaron, en el 2018, las disidencias de las Farc.
La Fundación Paz y Reconciliación, realizó una investigación hace poco y junto con otras entidades dedicadas al estudio de la paz, identificó que hay un relacionamiento entre el cartel de Sinaloa y el Clan del Golfo, a través del trabajo conjunto en función de la regulación de la cadena de producción y comercialización de la cocaína.
De acuerdo a esta investigación, La relación entre los carteles mexicanos y los grupos armados colombianos se ha ido dando a través de la articulación, pero también de la financiación, bien sea con capital o implementos. Esto ha facilitado el fortalecimiento de algunas estructuras armadas como el Clan del Golfo, así lo explicó, Francisco Javier Daza, investigador nacional de la Fundación Pares.
